El intendente de Chacabuco Víctor Aiola, representantes de Soerm (Sindicato de Obreros y Empleados de Refinerías de Maíz) y el diputado provincial Marcelo Daletto participaron de una audiencia que se llevó a cabo en el Ministerio de Trabajo de la Nación. El encuentro se realizó en el marco de la búsqueda de resolución al conflicto por los 112 trabajadores desvinculados de la empresa Ingredion que, desde hace ya dos meses, mantiene en estado de alerta y movilización a los operarios de la planta de Chacabuco. Ayer comenzaron a llegar los telegramas de despido y crece el malestar entre las familias afectadas.
Argumentando pérdida de competitividad y caída en las ventas, la empresa multinacional había tomado la decisión de cerrar las plantas de Chacabuco y de Baradero;luego, las autoridades de la firma pidieron la constitución de un Procedimiento Preventivo de Crisis que la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de Trabajo Marcelo Villegas rechazaron y lograron evitar. A partir de allí, autoridades provinciales, legisladores, el intendente Víctor Aiola, representantes del sindicato y la empresa barajaron distintas alternativas de negociación: primero se planteó una conciliación voluntaria y luego una obligatoria.
De un posible cierre de planta que dejaba a todos los trabajadores afuera, se redujo el impacto con el retiro voluntario que tomaron cerca de 70 personas y, quienes no lo tomaron, recibieron la indemnización más un porcentaje adicional por sobre lo que indica la ley. Según indicó el ministro Villegas en los últimos días, ambos grupos, es decir, todos los que salieron de Ingredion, recibirán por parte del Ministerio de Producción de la Nación y el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, el subsidio equivalente al 50% de sus sueldos con un tope de 20 mil pesos mensuales durante seis meses.
La empresa está desde la década de 1970
La empresa en cuestión tiene destacada importancia en el engranaje productivo de la ciudad de Chacabuco y está instalada en la ciudad desde la década de 1970. Lo que las autoridades provinciales y municipales buscan es que la firma vuelva a tener un nivel de producción y mano de obra razonable para que haya continuidad de las fuentes de trabajo que quedan dentro y sostenibilidad en el tiempo. Se pretende que incremente su fuerza laboral en el mediano plazo a través de la inversión.
El comunicado que emitió la empresa el 28 de abril, al finalizar la conciliación obligatoria, indica “dos meses después, a pesar de un enorme esfuerzo por parte de la empresa para reducir la cantidad de despidos al mínimo -que incluyó un programa de retiros voluntarios-, no fue posible llegar a un acuerdo satisfactorio, necesario por el bien de todos los empleados de la empresa y de las comunidades de Chacabuco y Baradero.”
El mismo viernes 28 se le negó el acceso a la planta a un grupo de trabajadores y Soerm no solo bloqueó el acceso a las instalaciones sino que inició un paro por tiempo indeterminado hasta que reinserten a los operarios. “Somos honestos, les hemos hecho ganar mucha plata, vamos a defender nuestras fuentes de trabajo”, dijo Javier Curaratti, representante de Soerm Chacabuco. Por su parte, el intendente, Víctor Aiola, estuvo en el lugar, manifestó su compromiso con la causa desde el origen del conflicto y dijo “es un momento muy triste para nuestra ciudad y de mucha preocupación. Queremos hacer todo lo que está a nuestro alcance para resolverlo, no vamos a dejar solas a las familias”. El día lunes 1 de mayo, Aiola acompañó a los trabajadores en el acto que se llevó a cabo en las puertas de la planta y ayer comenzaron a llegar los telegramas de despido a los operarios.
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