La artista Mapi de Aubeyzon es oriunda de Buenos Aires, pero vivió en Florentino Ameghino durante dos décadas luego de casarse con un Ingeniero Agrónomo. Así, con apenas 23 años se mudó al campo donde volcó su pasión por el arte y dejó una marca en la vida cultural local. Desde su taller en el Centro de Jubilados, promovió encuentros artísticos que convocaron a vecinos de todas las edades, incluso de ciudades cercanas. Participó activamente en concursos, proyectos escolares, instituciones, clubes, y dejó su impronta en murales que aún perduran como legado.
“Siento que en esos 20 años que estuve viviendo allí desparramé un montón de arte, porque en cualquier actividad cultural que existía yo participaba. Desde hacer escenografía para los actos de colegio hasta enseñar arte a mis alumnas”, contó Mapi en una entrevista para Democracia y agregó “brindaba clases en el Centro de Jubilados y también viajaba a General Villegas. Además, en el campo tenía mi horno y ese era mi lugar físico para trabajar, es decir, mi propio taller”.
En ese sentido, relató que “me da mucha lástima porque desde que me fui, mis alumnas, que eran súper talentosas, me dijeron que no podían seguir pintando, pero siempre las alenté a que continúen”.
Así, el compromiso de Mapi con el arte incluyó el acompañamiento de procesos creativos en jóvenes, adultos y mayores, colaborando con instituciones educativas, asociaciones civiles e institutos de formación. Luego de mudarse a Tigre, en Buenos Aires, continuó perfeccionándose y participando de ferias y exposiciones de alcance nacional e internacional, consolidándose como una artista versátil y reconocida. “Mis primeras obras, cuando vivía en el campo, eran las flores de mi jardín. Luego, todo mi arte lo pude expandir por la ciudad y aporté lo que tenía. Ameghino me dio mucho en 20 años, mis amigos se transformaron en mi segunda familia”, manifestó la artista quien tras 18 años de trayectoria consolidada regresa con una propuesta única y especial para su querido Ameghino; la muestra “Tiempo Después” que incluye una obra inédita creada especialmente para esta ocasión y que será donada al Municipio como símbolo de gratitud y legado. “La pieza es compuesta por veinte franjas de colores que simbolizan los años vividos en Ameghino. En ella, cada color representa a la tierra, el campo y el cielo que se fusionan en un diseño que evoca la geografía local y los ciclos de la vida”, explicó Mapi.
Por último, reflexionó: “Volver con esta muestra es una manera de mostrar gratitud, de agradecerle a Ameghino porque me abrió las puertas. Para mí es un honor al pueblo”, y confesó que a su quinta hija le puso el nombre de Florentina en homenaje a la ciudad.
Cabe destacar que, en este marco, se llevará a cabo una actividad comunitaria en la que se pintará un mural bajo la guía de la artista. En la creación participarán integrantes de diversas instituciones locales, como los concurrentes del área de la Tercera Edad, el grupo Envión, el Taller Protegido, el área de Género y Centro de Día, reforzando el espíritu colectivo y creativo que caracteriza esta propuesta.
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