El Documento Nacional de Identidad de Carlos “Pichón” Cabrera –actual vecino de Ameghino- indica que nació en San Salvador de Jujuy, el 11 de abril del año 1976. Sin embargo, ese fue no fue el día en que nació del vientre materno sino el día que lo bautizaron y firmaron su acta de nacimiento. Luego de varios años de sospechas, en Semana Santa Carlos mantuvo un diálogo sincero con su padre, quien le confirmó que lo habían ido a buscar a Tucumán ya que su madre no podía quedar embarazada. Tras el dato revelador y el secreto que salió a la luz tras 45 años de oscuro silencio, Carlos publicó su historia en las redes sociales con el fin de acercarse a la verdad.
“Pichón”, como lo llaman sus familiares y amigos, es vecino de Ameghino desde hace siete años, allí vive junto a sus hijos, trabaja como secretario en un instituto y cocina en un bar los fines de semana. En diálogo con Democracia, relató cómo inició la búsqueda y cuáles son sus sensaciones.
- ¿Cuándo y cómo empezaron las sospechas sobre tu identidad?
- Yo soy de San Salvador de Jujuy, me crié ahí, y en 2005 me fui a vivir a Purmamarca. Toda la vida viví en una burbuja - ahora lo pienso así- y en Purmamarca, como hay tanta gente de paso, chicos, jóvenes, que hablan de una cosa y otra, a uno se le va abriendo la cabeza. Conocía a mi mujer allá, ella es de Ameghino, y fue quien me encendió la chispita, me decía que no era parecido a mi viejo física ni mentalmente, cosas que uno nunca pensó y, de repente, te van cerrando. Tampoco hay fotos de mi mamá embarazada, sí de cuando yo era chiquito, empezaron a pasar cosas así. Cuando mi mujer quedó embarazada me decía “tu mamá nunca comenta cosas de cuando ella estaba embarazada”, no compartía historias. Así empezó todo.
- ¿Cómo comenzó la búsqueda?
- Llegué a Abuelas de Plaza de Mayo en 2014. Me hicieron una entrevista y la señora con la que estuve me dijo “por lo que vos me decís, creo que no sos hijo de tus padres, fijate si podés hablar con ellos, buscar familiares, amigos o vecinos que puedan aportarte algún dato”, hasta ese momento yo no había hablado con mis padres. Luego me hice un ADN que no coincidió con ninguno de los que tienen en el archivo de Abuelas pero mi muestra quedó en el registro y se siguen comparando con muestras que llegan más adelante. Luego nos vinimos a vivir a Ameghino, con mi mujer y mis hijos, y suspendí la búsqueda porque mi mujer se enfermó, tuvo cáncer, falleció en 2019; en 2020, con la pandemia y el duelo, tampoco avancé. Mi mamá murió a fines del año pasado y ahí dije “voy a empezar de nuevo”. Hablé con mi tía y en un momento me lo confirmó: me habían traído de Tucumán y mis padres le habían pedido jurar que nunca diríamos nada.
- ¿Pudiste hablar con tu padre de esto?
- Para Semana Santa me fui a Jujuy a hablar con mi viejo y, luego de negarlo primero, después me lo confirmó. Me dijo que mi mamá no podía tener hijos y que hablaron con un médico que se llama Carlos Guzmán, que era ginecólogo y obstetra, él es hermano del segundo marido de mi abuela, por eso tenían contacto. Mi viejo lo llamó y él le dijo “vení que tengo un chiquito para darte”, fueron de Jujuy a Tucumán y me entregaron. Otro médico firmó el acta de nacimiento, que indica que nací el 11 de abril de 1976 en Jujuy pero ese no es el día de mi cumpleaños, fue el día que me bautizaron. Cuando me recibieron era recién nacido.
- ¿Cómo fue el diálogo con tu papá?
- Mi papá primero me lo negó, le dije que tenía esta duda de hacía muchos años, él primero me dijo que era hijo de ellos, pero al otro día me dijo que no. Yo no los veía desde antes de que empiece la pandemia, estuvimos un año y medio sin vernos, en ese lapso murió mi vieja. Cuando estuvimos en el cementerio le dije “si vos me decís que soy hijo tuyo te creo” y ahí se quebró y me confirmó que me habían ido a buscar. Yo le dije que serían siempre mis padres, que ellos me criaron, pero que necesitaba conocer mi origen y ver si alguien había buscado a ese bebé.
- ¿Qué sentiste respecto de la repercusión que tuvo tu publicación en las redes?
- No pensé que iba a tener tanta dimensión la publicación. Me comuniqué con una referente de Abuelas en Tucumán y ella me dijo “es una búsqueda que puede durar mucho tiempo y podemos no conseguir nada. Eso es algo que sé pero quiero hacerlo igual. Me mata pensar que alguien, en algún lugar, pueda estar buscando ese bebé que le sacaron. Yo no sé si soy hijo de desaparecidos, si bien nací en 1976 y Tucumán fue un epicentro grande de esa oscuridad, no tengo la certeza de que sea hijo de desaparecidos, aunque puede llegar a ser.
- ¿Cómo sigue ahora la búsqueda?
- Me pasaron un mail de la CONADI, donde está mi muestra de ADN, en estos años cambié de teléfono y mail y no lo actualicé con ellos, me decían que tal vez surgió algo y no se pudieron comunicar conmigo. Iré viendo cómo surge todo, por ahora no tengo nombres ni lugar para seguir buscando, estoy hablando con amigos de mis viejos, familiares, tratando de ir por ese camino. No tengo rumbo definido. No siento bronca ni rencor por la gente que mantuvo este secreto durante tantos años, es algo que pasó y queda en la conciencia de cada uno, lo que sí quiero es saber de dónde vengo. Es el origen mío y de mis hijos también, que tienen 9 y 12 años. Ahora a mi viejo le creo, él tiene 72 años, me dice que en su momento no preguntó de dónde venía.
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