El equipo de Axel Kicillof analiza escenarios de cara a una decisión clave para su futuro político. Debe resolver si adelanta o no las elecciones legislativas bonaerenses en medio de una disputa con Cristina Kirchner que continúa a flor de piel. Ambos dirigentes siguen sin hablarse y el gesto de Gobernador de sumarse a la campaña contra la “proscripción” de la ex presidenta en el marco del debate por el proyecto de Ficha Limpia, estuvo lejos de convertirse en un bálsamo para aliviar las tensiones.
Esa pelea se mete como una cuña en la resolución que mantiene en vilo a la política bonaerense. Kicillof tiene la voluntad de despegar los comicios en la Provincia de los nacionales pese a los deseos en contrario de Cristina. Se lo piden intendentes que conforman su esquema político y alcaldes del radicalismo. Son expresiones fuertes, pero acaso no tan poderosas como el propio convencimiento que parece exhibir el mandatario provincial.
Ese despegue se asienta en dos supuestos. El primero tiene que ver con que parece convencido de que la mejor estrategia para enfrentar al gobierno de Javier Milei en la Provincia es tomar distancia de la puja nacional y dar una batalla exclusivamente bonaerense contra un armado libertario que si bien muestra una estructura política en crecimiento, aún está en proceso de consolidación.
La segunda cuestión remite puntualmente a las tensiones internas en Unión por la Patria. Adelantar las elecciones sería un gesto de emancipación política respecto del kirchnerismo duro y al mismo tiempo una señal de cara a las presidenciales de 2027.
Hay otras razones para que el núcleo político del Gobernador le haya bajado el pulgar a la idea de Sergio Massa de desdoblar pero, en lugar de adelantar los comicios, llevarlos a noviembre. “Esa idea se sostiene en el supuesto de que a Milei le irá muy mal a nivel nacional y hoy todos los escenarios no muestran esa posibilidad”, dicen en la Gobernación. Y añaden una estocada final como para enterrar esa burbuja massista. “Milei podría perder en octubre en la Provincia para diputados nacionales, pero seguramente le irá bien en Córdoba o en Santa Fe además de otras provincias. Terminaríamos nacionalizando la elección bonaerense con el riesgo de perderla”, apuntan.
En la cocina de aquella decisión política asoma otra: qué ocurrirá con las Primarias bonaerenses. En el Congreso todo parecía encaminado a completar el trámite de la suspensión a nivel nacional hasta que estalló el escándalo con el posteo de Milei promocionando un proyecto cripto que sacudió al Gobierno nacional y a la política toda. Ahora hay dudas sobre la suerte que correrá la sesión del Senado convocada para esta semana.
En medio de ese alboroto, en el Gobierno provincial se da aire a un escenario que se considera ideal: más allá de lo que ocurra en la Nación, sostener las Paso en la Provincia.
La Legislatura tiene mucho que opinar sobre este tema. En el Gobierno provincial creen que el panorama no está tan claro. “Nuestros bloques están divididos. El massismo quiere suspenderlas y La Cámpora, no. Los radicales también quieren mantenerlas”, analizan.
El núcleo político cercano a Kicillof cree que podría sacarle provecho a esa herramienta. Le daría más aire, y más manejo, para armar su propia oferta electoral sin recurrir al extremo de romper Unión con la Patria. También, para exhibir en esa eventual oferta propia el frente amplio que viene pregonando e incluir a diversos sectores políticos con lo que pretende ir plantando bandera de cara a 2027.
Sin Primarias, el Gobernador tendría que sentarse a negociar con la ex presidenta y Sergio Massa para compartir una lista en la que, seguramente, tendría que dejar a varios de sus aliados actuales por el camino. Ese es otro de los dilemas que acechan la decisión final.
Mauricio Macri, mientras tanto, afronta sus propios desafíos. En las próximas horas reunirá a su tropa donde la pata bonaerense tendrá mucho que decir respecto del tironeo interno que tiene como eje el posible acuerdo electoral con los libertarios.
La división en el PRO es más que evidente. La tropa de Jorge Macri, enfrentado con el mileísmo en Capital Federal, no quiere acuerdo en la Provincia. Diego Santilli y el marplatense Guillermo Montenegro, persiguen el cierre. En el medio, otros dirigentes procuran, a la espera de definiciones, que se frene la sangría de dirigentes que arrancaron los intendentes Diego Valenzuela y Fernanda Astorino.
Patricia Bullrich hará un aporte propio a esa crisis que afronta el ex presidente: ordenará a buena parte de su tropa a afiliarse a La Libertad Avanza.
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