Axel Kicillof analiza seriamente la posibilidad de adelantar las elecciones del año que viene en la Provincia y desvincularlas de las nacionales. Se lo piden los intendentes que responden a su armado político y el núcleo duro de dirigentes que trabaja en su proyección nacional.
El Gobernador medita esa decisión y dilata los tiempos con la excusa de que “hay tiempo” para dictar el decreto de llamado a elecciones. Pone como excusa el hecho de que aún no está claro si habrá elecciones Primarias a nivel nacional ya que el gobierno nacional amaga con impulsar su derogación y entonces la Provincia podría seguir el mismo camino.
No se trata para Kicillof de una medida sencilla de tomar ni que esté exenta de costos políticos. En primera instancia, separar las elecciones bonaerenses de las nacionales significaría un fuerte gesto de independencia del kirchnerismo. La ruptura ya está plasmada a los ojos de Cristina Kirchner. Kicillof prefiere no ser él quien ejecute ese divorcio político.
La ex presidenta dio su parecer en la última reunión del PJ bonaerense que se desarrolló en Moreno. Dijo que en la Provincia los comicios deben ser simultáneos con los nacionales. Hay convencimiento y especulación en torno de esa posición. Cree que la simultaneidad permitiría al peronismo polarizar con el gobierno de Javier Milei y cuestionar sus medidas económicas. Si se separaran los comicios, interpretan en el Instituto Patria, quizás se abra la caja de Pandora y la discusión pase por cuestiones estrictamente bonaerense como la inseguridad. Estiman que, en ese contexto, el PJ tiene más para perder que para ganar.
La simultaneidad le permitiría a Cristina Kirchner ser la cabeza indiscutible de ese armado y figura central de debate. Opacaría a Kicillof que busca meter mano en la definición política bonaerense como forma de ir robusteciendo su proyección nacional de cara a 2027. Un eventual triunfo en la Provincia del oficialismo provincial iría a cargar la cuenta de la ex presidenta más que la de Kicillof.
El Gobernador acaba de quedarse sin Presupuesto ni autorización para tomar deuda. Tampoco tendrá ley Impositiva para actualizar tributos como el Inmobiliario y la Patente el año que viene. Sin acuerdo en la Legislatura, el debate pasó para febrero, casi en simultáneo con la decisión electoral que debe tomar Kicillof.
Desde hace semanas se venía especulando en ámbitos legislativos sobre esta posibilidad. “Hay sectores del peronismo que no tenían mucho interés en que salga el Presupuesto”, sostenían legisladores opositores. Esa especulación cobró más fuerza aún cuando legisladores camporistas, vinculados a intendentes y del massismo, pretendieron introducir la semana pasada innumerables cambios al proyecto de Presupuesto. Al final, esa movida quedó abortada cuando, alertado, el Gobierno operó para hacer caer la sesión del Senado.
Ambos debates ahora quedaron para darse casi en simultáneo. ¿Condicionado un tema por el otro? Quizás.
Tanto Cristina Kirchner como Sergio Massa quieren elecciones simultáneas. Entre ambos concentran la mayoría de los diputados y senadores de Unión por la Patria. Tienen poder de fuego desde la Legislatura e influencias como para empujar eventualmente las herramientas claves que reclama el Gobierno. En simultáneo el mandatario bonaerense tendrá que atender el frente electoral y decidir si desdobla las elecciones bonaerenses.
Bajo ese fuego cruzado interno y en medio de sus propias necesidades de gestión, el Gobierno tendrá que decidir cuándo votarán los bonaerenses.
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