Axel Kicillof envió 129 pliegos de candidatos a jueces y fiscales.
Axel Kicillof envió 129 pliegos de candidatos a jueces y fiscales.
LA PROVINCIA

Las esquirlas de una pelea ajena

Existiría un imperceptible vaso comunicante entre la discusión que se mantiene en el Senado de la Nación por las designaciones que promueve el gobierno de Javier Milei en la Corte Suprema, y el debate que en forma paralela se desarrolla en la Provincia por la cobertura de cargos en los tribunales bonaerenses.

El Presidente empuja la designación del juez federal Ariel Lijo y del académico Manuel García Mansilla en el máximo tribunal del país. El de Lijo es el pliego que más ruido genera incluso dentro de La Libertad Avanza, además de la resistencia de otros sectores de la propia Justicia, como el Colegio de Abogados. De hecho, el senador Francisco Paoltroni terminó siendo echado de la bancada oficialista por enarbolar las voces más duras contra Lijo y desafiar el verticalismo que se impone en el gobierno libertario. El juez, además de ser empujado por Milei, contaría con cierto aval del kirchnerismo, pese a las versiones de que para darle el pase ahora el bloque que orienta la expresidenta Cristina Kirchner volvería sobre su viejo anhelo de ampliar el número de integrantes de la Corte.

Ese enchastre político-judicial estaría generando algún coletazo en la Provincia. Al menos, en el trámite parlamentario para la designación de jueces y fiscales que, aun con tropiezos, está en marcha. El gobernador Axel Kicillof envió 129 pliegos de candidatos, pero en ámbitos parlamentarios se asegura que debieron ser 130.

Faltó uno. El de una candidata para cubrir el juzgado de Paz de General Alvear: María Virginia Paoltroni. Se trata de la hermana del senador nacional ahora caído en desgracia dentro de Las Fuerzas del Cielo. Hay quienes sospechan de que parte de las facturas por las furibundas críticas contra Lijo que lanzó el legislador, habrían terminado en la cuenta de su hermana-candidata.

Parecería un dato menor en medio de la rebelión de La Matanza que se le planteó al ministro de Justicia, Martín Mena. La vicegobernadora Verónica Magario recién accedió a destrabar el trámite parlamentario una vez que el funcionario camporista accediera al envío a la Cámara alta provincial de ocho pliegos de designaciones para ese Departamento Judicial. Esa tensión revela la interna sin tregua que se libra entre Kicillof (Magario reporta al armado del Gobernador) y la Cámpora.

Otro capítulo de esa tensión se podría rastrear en algunos movimientos que se produjeron en las últimas horas. El Gobernador, en un gesto a Sergio Massa, acaba de cederle dos lugares en su gabinete: uno en el área de Transporte y el restante en la Fundación Banco Provincia. En forma paralela, el senador camporista Eduardo De Pedro salió con los tapones de punta a desmentir que él se estuviera proponiendo para integrar la Corte Suprema y disparó sobre Massa. ¿Tendrá alguna relación una cuestión con otra? En algunas oficinas de la Gobernación creen que sí.

En medio de tanto tiroteo mediático, Kicillof arribó a un entendimiento tácito con Milei. La Nación accedió a venderle a la Provincia las divisas para cancelar un vencimiento de deuda por 350 millones de dólares que opera este mes. Parece un acuerdo asentado sobre necesidades mutuas: al Presidente no le conviene que la principal provincial del país caiga en default y el Gobernador necesita evitar que su administración sea tildada de incumplidora.

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