La virtual ruptura del bloque de diputados nacionales del PRO a partir de la votación dividida de ayer en el Congreso, tendrá su impacto en la Legislatura.
Si bien en el caso de la Provincia los diputados y la senadora que responden a Patricia Bullrich ya se habían ido del bloque oficial del PRO, no habían terminado de dar el paso respecto de anudar un acuerdo con la bancada de la Libertad Avanza.
Ahora, con los vientos favorables a ese acuerdo que llegaron desde el Congreso, es probable que se termine articulando un trabajo conjunto más aceitado.
Bullrich cuenta con 6 diputados propios, mientras que La Libertad Avanza oficial anota 5. En plena mutación por las salida del diputado Nahuel Sotelo a la secretaría de Culto de la Nación, esa bancada quedará a cargo de Agustín Romo, compañero de ruta de Sotelo y uno de los tuiteros más picantes de los libertarios.
En el caso de que se avance en dirección a una fusión, Romo sería el presidente del nuevo bloque, que quedaría conformado por 11 voluntades: Florencia Retamoso, Sofía Pomponio, Abigaíl Gómez, Oriana Colugnatti y Fernando Compagnoni (bullrichistas) y Romo, Alejandro Carrancio, Gastón Abonjo, Juan José Esper, Ramón Vera y Sebastián Pascual, reemplazo de Sotelo (libertarios).
El otro dato político que empieza a pesar es el hecho de que la fusión transformaría a esta nueva bancada en un actor de peso dentro de la Cámara de Diputados. Para contar con aún más incidencia, habría gestiones para sumar a algunos libertarios sueltos como Guillermo Castello, del bloque Libre, y Jazmín Carrizo (BA Libre).
De concretarse este movimiento, quedarían plantados como la segunda minoría luego de Unión por la Patria.
Esa fuerza les permitiría, además, pelear nuevos espacios de poder. En primera instancia, recuperar el lugar que acaban de perder en el Consejo de la Magistratura que Compagnoni debió dejar en manos del PRO por haberse ido del bloque macrista.
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