Los posibles efectos del escándalo, cruzados por una disputa interna que no cesa
PANORAMA BONAERENSE

Los posibles efectos del escándalo, cruzados por una disputa interna que no cesa

El escándalo que rodea a Alberto Fernández mete al peronismo en un escenario que creía haber superado. De alguna forma, lo pone de frente a la sensación social de que aquella experiencia de gobierno traumática que decantó en la victoria electoral de Javier Milei aún no concluyó.

El kirchnerismo, en particular, se venía esforzando en despegarse de la administración que ayudó decisivamente a crear y que nutrió con varias de sus figuras en puestos clave. Habrá que ver ahora qué impacto tiene sobre esa fuerza liderada por Cristina Kirchner el presunto delito que contra su ex pareja habría cometido el ex presidente y el descaro de los actos privados inmortalizados en videos que se sucedieron en pandemia mientras el propio Fernández exigía que todo el mundo acatara la cuarentena.

El revuelo impacta sobre un peronismo que venía dando pasos en busca de su reconstrucción. Parte de ese camino lo viene encabezando Axel Kicillof. El mandatario bonaerense busca perfilarse como opción para la pelea presidencial de 2027, transitando un camino plagado de internas cada vez más virulentas.

Parte del cristal con que se mira la erosión que sobre el PJ podría causar el affaire Fernández, está surcado por aquellas peleas. En particular, por la que libra el Gobernador con La Cámpora.

LA LAPICERA

En algunos despachos de la Gobernación se analiza que ni la propia Cristina Kirchner, arquitecta principal de la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia, saldría indemne. En particular, el poder que ostentó y que en ocasiones delegó en su hijo Máximo, para armar y desarmar listas de candidatos en la Provincia. Ese método de construcción, creen algunos funcionarios, quizás encuentre ahora cierta resistencia.

Se trata de análisis no exentos de una expresión de deseo que enarbolan además varios intendentes que reportan al esquema kicillofista.

El grado de tensión que existe entre Kicillof y los delegados de Máximo Kirchner volvió a hacerse evidente hace apenas unas horas en el Senado. La Cámpora decidió avanzar, pese al rechazo de la oposición y de distintos sectores empresarios, con el polémico proyecto que modifica la forma de calcular las indemnizaciones por despidos.

El movimiento es por demás llamativo por el contexto previo en el que se concreta. En principio, la oposición conformada por varios bloques, rechaza de plano esa iniciativa. Reúne 25 senadores contra un máximo de 21 que puede juntar Unión por la Patria. Su destino, en caso de llegar a debatirse en el recinto, sería el rechazo. 

Acaso no sea la cuestión numérica el dato de fondo sino las severas objeciones a este proyecto que ya explicitó el Ejecutivo, donde se sospecha de que habría alguna intención de obligar a Kicillof a eventualmente vetar la ley si finalmente se aprueba.

La necesidad del Gobernador de eludir ese costo político empieza a jugar fuerte. Por estas horas emisarios del Gobierno hacen sondeos a la oposición para confirmar que ese núcleo de 25 senadores que rechazan el proyecto se mantiene firme. La misma garantía estarían pidiendo allegados a la vicegobernadora Verónica Magario que también blanqueó sus objeciones a la movida camporista.

NOMBRAMIENTOS

El caso es que esa tensión se expande a otros debates. Por caso, el que comenzó a desandarse en torno de cerca de 100 nombramientos de jueces y fiscales en la Justicia bonaerense que también se escenifica en el Senado.

Los roces en el oficialismo por la postulación de algunos candidatos es fuerte. Otra vez, el kicillofismo de un lado y la Cámpora del otro en una puja, todavía, de final abierto. También habría tensiones en el PRO en relación a ciertos nombres, relacionadas con la disputa que libran Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

El escándalo que rodea a Alberto Fernández también tuvo su impacto sobre Sergio Massa. El líder del Frente Renovador tenía previsto reaparecer en un plenario de su sector en Sierra de la Ventana que al final se terminó suspendiendo en medio de las esquirlas del caso.

El ex candidato presidencial tiene sus idas y vueltas con Kicillof. Habría que mirar parte del temario que quedó en debate trunco por la cancelación de la cita serrana: el massismo tenía previsto proponer allí dar marcha atrás con la reforma educativa del Gobernador que, entre otras cuestiones, eliminó la repitencia en la escuela secundaria.

Antes de que estallara el escándalo que mueve los cimientos peronistas, en la Gobernación se había puesto a trabajar una suerte de laboratorio electoral. El insumo básico, una vez más, es el posible adelantamiento de las elecciones en la Provincia para desvincularlas de las nacionales. Acaso el affaire Fernández le esté dando un empujón a ese plan en ciernes.

También, el hecho de que se termine votando en el Congreso la boleta única, un mecanismo que allanaría aún más ese intento para descontaminar los comicios bonaerenses de los avatares nacionales.

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