“Estamos apuntados, hay que cerrar filas”. Axel Kicillof juntó ayer a su tropa y bajó esa línea. En medio de la disputa que mantiene con Javier Milei que alcanzó una mayor profundidad luego de que la Provincia se quedara sin la planta de gas licuado que se irá a Río Negro, procuró escenificar una gesto de respaldo político.
Unos 40 intendentes del Conurbano y del Interior que responden al esquema político del Gobernador se dieron cita en la Residencia oficial. Varios fueron los convocantes: Carlos Bianco, Gabriel Katopodis y Andrés Larroque. Los recibió Kicillof quien, fiel a su estilo, realizó una larga descripción acerca de la disputa con la Nación por la planta de licuefacción que buscan construir YPF y los malayos de Petros. Kicillof buscaba que fuera en Bahía Blanca, pero finalmente será en la localidad de Sierra Grande, en Río Negro.
El mandatario defendió las gestiones bonaerenses en ese sentido. También, ratificó su postura en el sentido de que la no adhesión al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) no fue determinante para la elección final del lugar de emplazamiento.
Lo escucharon, entre otros, los ministros convocantes e intendentes como Fernando Espinoza (La Matanza), Julio Alak (La Plata), Mario Secco (Ensenada) y Fernando Moreira (San Martín), entre otros. Dos alcaldes que se mueven cerca del kicillofismo cantaron ausente con aviso: Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Jorge Ferraresi (Avellaneda). En cambio, no participaron alcaldes vinculados a Máximo Kirchner ni a Sergio Massa.
Hubo un orador por sección electoral y una coincidencia: La “necesidad” de abroquelarse en función de lo que, consideran, ataques de la Casa Rosada. “Milei lo eligió (a Kicillof) como su antagonista y va a hacer todo lo posible para limarlo”, dijo uno de los participantes del cónclave. En esa línea anotan el recorte de fondos federales que viene sufriendo la Provincia.
La movida de ayer no parece desvinculada de otras. Por caso, se están programando una serie de actos de respaldo a Kicillof. Una de ellas está empujada por varios gremios estatales bonaerenses, según se deslizó en un encuentro que representantes sindicales mantuvieron en las últimas horas con los ministros de Trabajo, Walter Correa, y de Economía, Pablo López.
Kicillof considera que la decisión de YPF de llevar la planta de gas a la Patagonia está empujada por un “capricho ideológico” de Milei. Decidido a mantener el tema en agenda, varios de sus funcionarios salieron a pedirle explicaciones a la Nación respecto de los por qué de aquella decisión.
“Lo primero que falta es una explicación clara de cómo esta decisión va a beneficiar a la compañía y de fondo, otra definición sobre por qué es lo mejor para Argentina que la planta no se localice en Bahía Blanca”, aseguró el titular de la Agencia de Recaudación, Cristian Girard.
“Hay un aprovechamiento político del presidente de tratar de pegarle al gobernador Kicillof, simplemente para generar un aumento de su imagen en un momento muy difícil para el gobierno”, añadió.
También se pronunció fue el ministro de Economía. “El perjuicio provocado por esta decisión, como por todas las políticas nacionales, recae en el futuro de las y los 17 millones de bonaerenses”, sostuvo López.
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