Las 103 razones que harían caer la ley  que limita reelecciones en la provincia
MOVIDAS EN LA LEGISLATURA

Las 103 razones que harían caer la ley que limita reelecciones en la provincia

Numerosos intendentes no podrían reelegir en 2027. Ya hay negociaciones reservadas para dar por tierra con la ley Vidal.

El 66 por ciento de los intendentes que hoy están en funciones no podrían volver a presentarse para revalidar su cargo en 2027. Entre ellos, varios peso pesado del kirchnerismo del Conurbano. Esa imposibilidad ya está haciendo ruido, y del fuerte. La discusión sobre el límite a las reelecciones volvió a escena y es motivo de análisis en distintos despachos tanto del Ejecutivo provincial como de la Legislatura.

De los 135 jefes comunales, 89 ya no podrían reelegir si la ley que alumbró durante el gobierno de María Eugenia Vidal, que fue morigerada en el mandato de Axel Kicillof, sigue vigente. De ellos, 57 pertenecen a Unión por la Patria y 29, al radicalismo y al PRO. Los 3 restantes son de origen vecinalista.

Claro que la incomodidad para buena parte de la política bonaerense es más profunda. Porque esa normativa no solo limita a dos mandatos consecutivos la permanencia de los intendentes, sino que también hace lo propio con los legisladores. Así, en 2025, es decir, en los comicios de medio término del año que viene, 14 diputados de distintas bancadas no podrían anotarse para revalidar mandato.

Son las 103 razones de peso que hoy operan fuerte para que la cuestión haya vuelto sobre el tapete: 89 intendentes y 14 diputados que deberían buscar otros destinos.

El peso de los territorios que buena parte de esos alcaldes manejan es enorme. En términos políticos, dejar el municipio supone para estos líderes dar paso a un nuevo tiempo en el que quizás se vean expuestos a perder influencia en sus propios distritos.

Si bien es un tema de altísima sensibilidad, en distintos despachos legislativos y de la Gobernación ya se admite que los contactos entre referentes del kirchnerismo y sectores de la oposición existen. Que la idea es buscar el momento ideal para colar un tema por demás polémico y que expone a la política.

Por ahora, nadie quiere hacerse cargo de ser impulsor de dar por tierra con la ley Vidal. En Casa de Gobierno distintos funcionarios ven con buenos ojos ese posible avance, pero por lo que se sabe, los incipientes intentos vienen por el lado de legisladores que responden a algunos intendentes del peronismo que no podrían renovar.

Los sondeos existen desde hace algunas semanas. Si bien parece prematuro comenzar a discutir reformas a una ley que podría tener impacto real en 2027 en el caso de los intendentes, lo cierto es que la definición debe llegar antes de fin de año. “Si no sale ahora, no sale más”, decía uno de los dirigentes del oficialismo que está al corriente de las conversaciones.

El apuro tiene que ver con las expectativas de los jefes territoriales que buscan tener certezas antes del cierre de listas para las legislativas del año que viene. Si no hay chances de reelección, algunos de ellos podrían buscar un destino parlamentario antes del final de su mandato. Para coronar ese movimiento, deben tener una seguridad que hoy no tienen.

Dejarla correr

Axel Kicillof no fue el impulsor, hace un par de años, de la reforma a la ley Vidal. Dejó el trámite en manos de su entonces jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y de varios legisladores con terminales en comunas del Conurbano y del Interior. Hubo acuerdo con el radicalismo y con sectores del PRO (otros se mantuvieron en respaldo al texto original) y los cambios se aprobaron. Jefes comunales que no hubieran podido reelegir en 2023, pudieron hacerlo. Pero ahora se quedaron sin más margen: si no sale una nueva reforma, tendrá que dejar sus municipios en 2027.

Tampoco la Gobernación parece ahora dispuesta a ser la locomotora que empuje el fin del límite a las reelecciones, aunque varios funcionarios cercanos a Kicillof observan esa posibilidad con entusiasmo.

El kicillofismo mira a 2027 con la esperanza de que el mandatario bonaerense pueda ser candidato presidencial. Esa especulación también rodea el debate: habilitar a los intendentes a jugar de nuevo en sus distritos podría ser un elemento determinante para apuntalar esa postulación nacional. Y, claro, un enorme gesto político del gobernador.

Claro que el camino no está absolutamente despejado. En Unión por la Patria no hay unanimidad para avanzar. El Frente Renovador de Sergio Massa no estaría de acuerdo en dar por tierra con aquella reforma de la que fue impulsor junto con la entonces gobernadora del PRO.

En el radicalismo no suenan tantas voces que resistan, pero hay dirigentes que están preocupados por los tiempos políticos para consagrar el fin del límite a las reelecciones. Hay un dato numérico fuerte: de las 29 comunas que gobierna la UCR, en 18 de ellas los actuales alcaldes no pueden reelegir. Algunos de ellos son Miguel Lunghi (Tandil), el presidente del Foro de Intendentes Maximiliano Suescún (Rauch) y Esteban Reino (Balcarce).

El PRO pone en juego varios distritos de peso. De los 17 distritos que controla, 10 son gobernados por jefes comunales que no podrán ir por otro mandato. Entre ellos, Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero).

En el caso del kirchnerismo, los ejemplos de intendentes sin chances de reelección son numerosos. Hay peso pesados como Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Juan José Mussi (Berazategui), Gustavo Menéndez (Merlo) y Andrés Watson (Florencio Varela), entre otros. En otra región, Mario Secco (Ensenada) y Fabián Cagliardi (Berisso). Todos ellos, excepto Gray, reportan al esquema político de Kicillof.

En el caso de La Cámpora, no podrían reelegir Mayra Mendoza (Quilmes), Iván Villagrán (Carmen de Areco) y Juan Ustarroz (Mercedes). 

A Massa se le caerían varios soldados como Javier Gastón (Chascomús), Juan Andreotti (San Fernando) y Sebastián Inantuony (Miramar), entre otros. Pero al parecer, los renovadores se mantendrían en la postura de no apoyar la reforma.

En medio de un debate tan filoso, se busca el momento oportuno para avanzar. Con la polémica asegurada, algunos dirigentes miran también la forma en que deberán gambetear algo que se ven venir: algún iracundo e inevitable posteo de Javier Milei contra la casta política.

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