Cristian Girard, titular de Arba.
ENTREVISTA CON DEMOCRACIA

“Más del 99 por ciento de las partidas rurales tienen topes del 200%”, afirmó Girard

El titular de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos aseguró que “no es verdad que haya un impuestazo” e indicó que “hay acciones de Nación para asfixiar y quebrar al gobierno de Axel Kicillof”.

El titular de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (Arba), Cristian Girard, habló sobre el aumento del Impuesto Inmobiliario Rural, un tema sumamente crítico para la Región, y opinó sobre José Luis Espert, diputado nacional muy cercano al Gobierno de Javier Milei, quien incitó a una rebelión fiscal.

Al respecto, manifestó que “no existe un impuestazo” en el territorio bonaerense y aseguró que con la administración de María Eugenia Vidal “los ruralistas pagaban más”. “La carga impositiva se incrementó por debajo de la inflación para la mayoría de los propietarios rurales. En realidad, tendríamos que estar hablando de que la gente no llega a fin de mes”, remarcó Girard durante la entrevista con Democracia.

-¿Por qué se habla que en la provincia de Buenos Aires hubo un “impuestazo”? 

-Es un planteo que hace (José Luis) Espert primero y después (Javier) Milei apoya, donde lo que sugieren es una rebelión fiscal y que la gente no pague. Pero todo es sobre la base de una falsa apreciación, que es que en la provincia de Buenos Aires habría un impuestazo. El problema que tenemos es la inflación de la economía, en febrero fue del 276,2% interanual. Tenemos una ley impositiva que se aprobó el 28 de diciembre, después de la devaluación de Milei, que preveía que la cuota iba a llegar en febrero con topes del 200% para más del 99% de las partidas rurales cuando la inflación fue de 276% al momento del vencimiento de la cuota y, tal vez, un poco más porque venció los primeros días de febrero. 

-Es decir que, por lo que explica, para usted hubo tal impuestazo…

-No podría hablar de un impuestazo si se está duplicando la carga tributaria. Además de eso, me parece sumamente irresponsable (por los dichos de Espert), porque solamente hay 2.138 campos que tienen una evaluación de base imponible de valor tierra superior a los 199 millones de pesos, que son campos de precio de mercado 3 millones de dólares para arriba.

-¿Cuál es la relación entre el precio de mercado y la base imponible?

-Está entre 15 y 22 veces el valor de mercado a la base imponible. Entonces esos campos que tienen más de 3 millones de dólares de valuación de mercado no tuvieron el tope de 200% y se les aplicó directamente la variación del ajuste de la base imponible y, como máximo, los aumentos llegan al 300%, 315% en algunos casos.

En estos campos estamos hablando del 0,3%, con lo cual hablar de confiscatoriedad no tiene mayor sentido, porque realmente la carga no es antieconómica, no atenta contra la propiedad privada, no es que no se pueda pagar y tiene razonabilidad.

-¿Qué consecuencias puede tener un productor que no pague el Impuesto Inmobiliario Rural?

-No pagar los impuestos implica costos para aquel que no lo hace y va a tener que enfrentar eventualmente un juicio y un embargo. Y para levantar el juicio va a tener que pagar los apoderados fiscales y va a tener un problema de calificación de riesgo. Si es particular va a estar en el veraz. En definitiva, son toda una serie de complicaciones que no colaboran a la vida económica de los productores rurales. 

-¿Qué acatamiento cree que puede llegar a tener el planteo de Milei y Espert?

-Lo que es importante marcar es que no hay una caída, un desplome del cumplimiento y la cobrabilidad en los impuestos. Ya venció la primera cuota del Inmobiliario Urbano en febrero y la primera cuota del Rural ahora en marzo. No estamos viendo que haya un proceso de rebelión fiscal sobre el cual están proponiendo Espert y Milei; todo lo contrario, estamos en niveles normales y esperados. Obviamente que con la crisis económica que generó la política Nacional se ha resentido el nivel de cobrabilidad y de cumplimiento, pero no estamos ante un desplome, no hay un movimiento insurreccional, ni una rebelión fiscal.

Más bien lo que hay es un intento, una maniobra política de distraernos de lo que está pasando en la economía doméstica de la gente, entrando en lo que ellos (por los libertarios), dicen que van a ser los dos peores meses que son marzo y abril. 

-¿Considera que fue una estrategia?

-El Presidente tendría que estar preocupado por cómo está el país en lugar de estarlo por impulsar una rebelión fiscal sobre la base de falsos supuestos. Hay una secuencia de acciones que van en la dirección de asfixiar y quebrar al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Su programa de recesión va a afectar los ingresos de las provincias en general. 

En territorio bonaerense la recaudación de ingresos brutos y sellos depende de la actividad. El 85% viene de ahí. También los impuestos que se coparticipan dependen de la actividad. O sea que allí también vamos a tener menos recursos. Sobre eso, la provincia de Buenos Aires aporta más de lo que recibe al régimen de coparticipación. Es un ataque al pueblo de la provincia de Buenos Aires.

-El ministro de Desarrollo Agrario dijo que Milei discrimina a los bonaerenses…

-La provincia de Buenos Aires sufre el impacto de manera amplificada de estas políticas recesivas, porque depende de la actividad manufacturera destinada al mercado interno. Y además tiene los índices de pobreza más agudos del país, las condiciones de vida más complejas en el conurbano bonaerense y en el área metropolitana.

Entonces cuando hay un Estado que se retira, que licúa los ingresos y el poder adquisitivo de los salarios hace que haya menos ventas y menor producción. Todo eso repercute sobre la Provincia y por eso en ese sentido tiene un sesgo antibonaerense este tipo de políticas.

-¿Qué panorama se imagina a nivel nacional en el corto plazo?

-Sino hay un cambio en la política económica nacional que permita recomponer los ingresos, los salarios, las jubilaciones, difícilmente mejore la situación económica. Si el gobierno no consigue muchos dólares para sostener esta idea cambiaria, forzando la liquidación del campo o necesitando que el campo liquide veo muy difícil que sea una salida rápida de esta crisis económica. Y sobre todo me parece urgente trabajar en la recomposición de los ingresos populares porque la gente realmente la está pasando muy mal.