El caso Insaurralde sacude la política, que trata de adivinar los alcances del impacto
En el gobierno bonaerense creen, o buscan convencerse, de que lo peor ya pasó. Que los efectos del escándalo que protagonizó Martín Insaurralde con su viaje a todo lujo a Marbella acompañado de una modelo, fueron digeridos por el electorado, al menos, el propio. Suponen que ayudó la decisión oficial de eyectar rápido de la jefatura de Gabinete al dirigente de Lomas de Zamora, que se adoptó como un acto reflejo defensivo frente a un cimbronazo que no estaba dentro de los cálculos oficiales.
El enojo de Axel Kicillof y de Sergio Massa por el “yategate” perdura, aún cuando se haya decidido dar vuelta la página e intentar un control de daños. La incertidumbre es si esa idea de reemprender la campaña y enterrar el episodio, bastará para que el escándalo pierda incidencia cuando restan apenas dos semanas para ir a votar.
“Impacto va a tener, no sabemos de qué magnitud”, analizaba en las últimas horas un funcionario cercano a Kicillof.
El Gobernador, en medio de la desvergüenza de su ex jefe de Gabinete, acaso deba sentirse afortunado. Si hubiera prosperado la embestida de Máximo Kirchner para imponerle a Insaurralde como compañero de fórmula a horas del cierre de listas, el escándalo hubiera sido infinitamente mayor. Acaso le hubiera sido muy difícil no salir enchastrado por las andanzas amorosas jugadas en el yate “Bandido”.
Los interrogantes refieren a los alcances que podría tener la incidencia de este hecho sobre el escenario electoral bonaerense. Existe sobre ese aspecto, la presunción de que el beneficiario del affaire Insaurralde pudiera ser Javier Milei. Su discurso anticasta parece encajar frente a la demanda contra las obscenidades que exhiben sectores de la política.
No existen, por ahora, mediciones que avalen esa posibilidad. Sí, en cambio, la sensación de que si el caso Insaurralde movió el amperímetro lo pudo haber hecho en favor del líder libertario.
El impacto del caso en territorio bonaerense es clave. Milei tuvo un resultado en la Provincia no tan contundente como en otros distritos. De hecho, consiguió el 24 por ciento de los votos y quedó detrás de Massa y de la sumatoria de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. La aventura de ganar en primera vuelta depende, esencialmente, de que pueda levantar en el principal distrito del país.
Los libertarios se entusiasman con que ese eventual empuje por traspiés ajenos empuje también a Carolina Píparo, la candidata a gobernadora de Milei. Quedó a casi 13 puntos de Kicillof en las PASO y la distancia es grande. Es allí donde vuelve a ponerse en debate qué potencia electoral negativa tendrá, si es que la tiene, el viaje de placer a Marbella.
No parece casualidad que Milei meta bisturí sobre esa herida abierta. En los próximos días irá a Lomas de Zamora, la patria chica de Insaurralde, para pasearse en caravana y motosierra en mano. Lomas tiene un valor agregado que va más allá de que sea la patria chica del ex jefe de Gabinete bonaerense: se trata del cuarto distrito más populoso de la Provincia luego de La Matanza, La Plata y Mar del Plata.
En Juntos por el Cambio también sacan cuentas respecto de la evolución del “yategate” y su implicancia electoral. En el búnker del candidato a gobernador Néstor Grindetti se abrazan a una esperanza doble. Creen que Kicillof puede bajar hasta dos puntos por el impacto del caso. Y al mismo tiempo, apuestan a trabajar fuerte en distritos del Interior bonaerense porque creen que pueden recuperar allí unos 600 mil votos que se les escurrieron y que capturó la oferta de los libertarios.
“Es un escenario posible que nos colocaría peleando la Gobernación con Kicillof”, señalan. Convencidos de esa posibilidad, cambiaron las lógicas de recorridas y presencias: Grindetti estará más tiempo recorriendo el interior bonaerense que el Conurbano. “Lo que pierda el peronismo en el Gran Buenos Aires se irá con Milei”, razonan.
En medio de ese mar de especulaciones, hoy se producirá el último debate presidencial. Y se espera que el caso Insaurralde sea uno de los temas centrales de confrontación entre los candidatos. Se sabe que Patricia Bullrich lo pondrá en escena y que esta vez no dejará pasar la oportunidad de machacar sobre esa herida abierta en el oficialismo.
También se aguarda que Milei lo introduzca en la discusión como para robustecer su discurso contra la casta política y habrá que ver qué actitud adoptará Massa y cuál será su contraataque. En el medio, la política, y en especial la bonaerense, debate si en el tramo final de la campaña apareció un cisne negro, ese acontecimiento inesperado capaz de cambiar el rumbo de lo que parecía seguro.