La aprobación del Presupuesto causó heridas en el oficialismo y la oposición
Hubo enojo entre los diputados del Frente de Todos y desconfianza con recelos entre la UCR y el PRO.
Pasó de todo, tanto que, acaso, quedó poco margen para el debate en los recintos de Diputados y el Senado donde las sesiones tuvieron trámite exprés. Así, con mucho de rosca, negociaciones cruzadas y pocos discursos, pasó por la Legislatura el Presupuesto bonaerense 2023, una herramienta clave de gestión para el gobernador Axel Kicillof.
Si bien el Gobierno consiguió el objetivo, la cosa no quedó bien en el oficialismo. Un chat que compartieron Kicillof y los diputados estalló con duras críticas al trámite parlamentario. Incluso, entre reproches y quejas, se revoleó la renuncia de una legisladora a un cargo en el bloque. También quedaron secuelas en la oposición y en varios pasajes del toma y daca con el oficialismo afloraron desconfianzas y recelos entre la UCR y el PRO.
Buena parte de la negociación se la llevó la definición de los fondos con que contarán los municipios para hacer obras en el año electoral. Fue la más importante, pero no la única.
Por caso, los recursos de que dispondrá la Procuración de la Corte a cargo de Julio Conte Grand, fue objeto de diversos tironeos.
Designado por impulso de María Eugenia Vidal, le habrían rebanado unos 800 millones de pesos durante este año. Juntos por el Cambio se encargó de que en el Presupuesto existiera una compensación para el organismo que maneja Conte Grand, un funcionario judicial que el oficialismo busca en vano correr del cargo desde hace largo tiempo.
El que no pudo salvarse de la guadaña fue Julio Alak. El ministro de Justicia había previsto crear en el Servicio Penitenciario 7 mil cargos como reflejo de la ampliación de plazas penitenciarias en cárceles y alcaidías. La oposición sólo se avino a autorizar 2.500. “El año pasado pagamos un costo político enorme porque autorizamos la creación de un montón de cargos”, admitían en Juntos por el Cambio, que en la discusión por el nuevo Presupuesto le puso la lupa a este tema.
Fondos para municipios
La sesión estuvo varias veces a punto de naufragar por la falta de acuerdo sobre los fondos para los municipios. Cuando todo parecía encaminado, entró en escena el famoso CUD, el coeficiente de distribución que se usa para repartir la coparticipación entre las comunas.
La oposición reclamaba precisiones y las planillas no aparecían. Cuando finalmente los legisladores se hicieron de esa información, empezaron a sacar cuentas: casi todos los distritos del PRO perdían respecto del año pasado, con excepción de La Plata. En cambio, los radicales se veían beneficiados.
Las sospechas cruzadas en Juntos por el Cambio emergieron sin piedad. Hay quienes cuentan que los alcaldes macristas de Junín, Pablo Petrecca, y Mariano Barroso de 9 de Julio, pusieron el grito en el cielo. Los apuntados eran Garro (que negociaba con la Provincia en nombre del PRO) y la UCR. El acuerdo parecía naufragar y hubo que barajar y dar de nuevo.
Finalmente se estableció que ningún municipio podría perder más de un 5 por ciento de coparticipación respecto de este año y volvió a fumarse la pipa de la paz. Para compensar, el distrito que sufra el achique pasará por ventanilla para recibir un ATP (Adelanto del Tesoro Provincial).
Esa calma puede que no sea duradera. Parte del CUD toma en cuenta los servicios de salud que tienen a cargo los municipios. Si cuentan con hospital, reciben más. Dicen en la Legislatura que algunas comunas oficialistas transfirieron sus nosocomios a la Provincia como el caso de Luján y San Vicente y por lo tanto tendrían que percibir algo así como un 30 por ciento menos por coparticipación. Pero como se puso el tope de pérdida del 5 por ciento, se verán largamente beneficiadas producto de un combo perfecto: sin servicio de salud a cargo y con más recursos porcentuales.
¿Nadie va a hablar?
Otra perlita del trámite legislativo del Presupuesto tuvo como escenario el recinto de la Cámara de Diputados. Como se ha hecho costumbre para acelerar el trámite, primero se vota el proyecto y luego se abre la discusión. Y así sucedió.
Pero como nadie pedía la palabra, levantó la mano el legislador de izquierda Guillermo Kane. “¿Pero nadie va a hablar?”, preguntó. Y tras cartón lanzó duras críticas contra el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, los garantes del acuerdo para que Kicillof tuviera Presupuesto y ley Impositiva.
Al final, se anotaron como oradores los libertarios Guillermo Castello y Nahuel Sotelo, el radical Valentín Miranda y la oficialista Lucía Iañez. Poquitas voces para el tema más importante del año. En el Senado ocurrió algo parecido. Hablaron Marcelo Feliú (Frente de Todos) y por Juntos por el Cambio, Marcelo Daletto y Andrés De Leo. En 45 minutos, se liquidó la discusión.
Dato al margen: la Coalición Cívica rompió el molde dentro de Juntos por el Cambio y votó en contra en las dos cámaras el aumento de impuestos incluido en la ley Fiscal. De Leo fue, justamente, el encargado de explicar la posición del partido de Lilita Carrió.
Peronistas enojados
En el Gobierno bonaerense se respiraba un aire de satisfacción tras la votación. Kicillof necesitaba el Presupuesto, pero más aún la ley Impositiva, ya que tiene que liquidar los tributos del año que viene con los aumentos. Y los vencimientos de las primeras cuotas, como el caso de la Patente, caen en enero.
El Gobernador, que comparte un chat con los diputados y senadores, les escribió para agradecer y mostrar satisfacción por la celeridad del trámite y porque, además, las modificaciones que terminaron sufriendo los proyectos no fueron de fondo a los ojos del Ejecutivo.
La cuestión es que algunos diputados, según cuentan fuentes parlamentarias, no se quedaron muy conformes con la participación que tuvieron en las negociaciones y así se lo hicieron saber al Gobernador. “De nada compañero, es bueno saber que te ayudamos sin saber qué votamos”, disparó una de las legisladoras que estuvo incisiva en varias de sus intervenciones.
Cuentan que hubo otros reproches más picantes. Algunos, afirman, bien subidos de tono. En el medio, se dice que una diputada habría ofrecido su renuncia al cargo que ostenta en el bloque, disconforme con la supuesta falta de participación en el debate.
Y si toca hablar de faltas, algunas ausencias fueron notorias en el oficialismo. El chat se pobló de ciertas quejas amargas y algunos legisladores se lamentaron de integrar una “escribanía”. Los palos, al parecer, no fueron sólo para Kicillof: también para el jefe de Gabinete Martín Insaurralde, que lideró las conversaciones con Juntos por el Cambio.