Si no surgen imponderables de última hora, el jueves 30 se aprobaría en la Cámara de Diputados la polémica reforma a la ley de jubilaciones de los empleados del Banco Provincia. Será un paso clave para avanzar con una serie de cambios que viene empujando el gremio bancario y el gobierno de Axel Kicillof y encuentra a la oposición en medio de un fuerte debate interno.
Sin embargo, el trámite legislativo para completar la sanción de la norma puede que no sea tan expeditivo y que demanda algún tiempo. La paridad de fuerzas que existe en el Senado (23 oficialistas y 23 opositores) podría hacer lo suyo. También, la decisión de los senadores de Juntos de no votar a libro cerrado el proyecto que viene de Diputados, según se pudo saber de fuentes calificadas.
Conviene primero hacer un poco de historia. El proyecto en cuestión da por tierra con la ley que se aprobó durante la gestión de María Eugenia Vidal. Con el objetivo declarado de achicar el déficit de la Caja de Jubilaciones del Bapro que hacia fin de año rondaría los 19 mil millones de pesos, se aumentó la edad jubilatoria de las mujeres de 60 a 65 años, se redujo el porcentaje de retiro del 82 al 70% y se dispuso otra cuestión central: que sea el propio banco con sus utilidades el que se haga cargo del rojo del
La reforma generó una avalancha de reclamos judiciales de jubilados que argumentan que se violentaron derechos adquiridos. Con 4 mil amparos en favor de los reclamantes, la Suprema Corte ensayó una mediación y pidió una solución política a la Legislatura antes de dictar la inconstitucionalidad de la norma que generaría un impacto millonario sobre las cuentas de la Provincia.
El acuerdo político venía avanzando hasta que el texto de la reforma llegó hasta Mauricio Macri. El ex presidente, con un dictamen fuertemente crítico de Hernán Lacunza, frenó en seco a los diputados del PRO con el argumento de que lo que se iba a votar aumentaba el gasto público y consagraba privilegios a los bancarios por sobre el resto de los jubilados de la Provincia. Y el radicalismo, para evitar más chispazos en la coalición opositora, decidió pisar el freno.
Aceleración
Ahora el proyecto, volvió a acelerar empujado desde las comisiones por el Frente de Todos. Juntos hizo un dictamen negativo y se prevé que llegue al recinto de Diputados, como se dijo, el jueves 30. Habrá que ver con qué apoyo sale, porque los números están más que ajustados para el oficialismo. Como todo juega (ausencias, presencias, abstenciones), las sospechas están instaladas y se potencian las desconfianzas.
El proyecto que se aprobaría retorna al 82 por ciento móvil, se baja la edad jubilatoria para las mujeres a 60 años y se regresa a la Provincia como garante del déficit de la Caja, cuando el proyecto de Vidal hacía cargo al propio Banco Provincia. Para compensar parte del déficit de la Caja, se suben los aportes jubilatorios tanto de los trabajadores y del propio Banco.
El otro escenario
En el Senado puede que el trámite no sea exprés. “No vamos a votar lo que venga de Diputados a libro cerrado”, anticipó una alta fuente del bloque de Juntos. Esa posición, se asegura, la conoce el propio oficialismo: la oposición se lo anticipó a la vicegobernadora Verónica Magario y a la presidenta del bloque del Frente de Todos, Teresa García.
Al menos desde el PRO buscarán insistir en al menos morigerar algunos de los cambios auspiciados por Kicillof y la Asociación Bancaria.
Habrá que ver qué posición adopta el oficialismo: si insiste con el texto que llegará de Diputados o se avendrá a negociar con la oposición que tiene una llave para impedir el tratamiento: el recurso de no dar quórum.
Hasta ahora, producto de una relación más o menos armónica, nunca se llegó a ese extremo. Pero Juntos parece decidido a presionar para que la ley de Vidal al menos conserve parte de su espíritu.
Por eso no se descarta que en el Senado la discusión se demore y que la ley deba aguardar hasta después del receso de invierno. Más aún, si se da el caso de que el proyecto sufre retoques y debe volver a Diputados.
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