Intrigas, maniobras y tensiones detrás de la negociación por el Presupuesto provincial
Oculta detrás de la fachada de la negociación por el Presupuesto bonaerense 2021 se esconde una trama de intrigas, maniobras y tensiones que recorre los intersticios de las principales fuerzas políticas bonaerenses. Excede largamente la mera discusión por los números y el impacto del derrame recursos sobre los municipios, en especial de la oposición, que resultan clave más aún en un año electoral, y se traslada hacia pujas que dejan al descubierto la ferocidad de algunas disputas políticas.
El escenario de ese campo de batalla es el Banco Provincia. Parte de esas tensiones se dirimen dentro del directorio de la propia entidad; el resto, extramuros, en ámbitos variados y diversos.
La cuestión tiene que ver con una deuda que ha venido acumulando Axel Kicillof con la oposición: la distribución de los apetecidos espacios de poder en el directorio del Bapro. De los nueve miembros de ese plenario hay designados cinco. Las cuatro vacantes que permanecen intocadas desde hace largos meses, son el motivo central de los tironeos que cruzan tanto al oficialismo como a la oposición.
Pelea por los sillones
Juntos por el Cambio tiene dos frentes abiertos en esta discusión. Habría que poner en la balanza cuán duro es cada uno. El primero es con el gobernador Axel Kicillof, que sólo estaría dispuesto a ceder dos de los cuatro asientos. La oposición reclama tres como para quedar con cuatro representantes, el mismo número que tuvo el peronismo allá en los albores de la gestión de María Eugenia Vidal.
Esa férrea posición de Kicillof pone en aprietos a la coalición opositora, porque existe un póker de aspirantes que excede las sillas que estarían disponibles. Asoma otro problema adicional: los candidatos tienen auspicios diversos, tantos, casi, como pelajes existen en la amalgama que supo ser gobierno hasta diciembre del año pasado.
Actores de peso intervienen en la pulseada. Desde Mauricio Macri hasta Horacio Rodríguez Larreta empujan nombres. María Eugenia Vidal y los intendentes del Grupo Dorrego también se meten en la disputa. Los radicales quieren lo suyo, pero corren con la desventaja de ser los únicos que tienen un sillón ya ocupado, a través de Diego Rodrigo.
Macri busca terciar en la pelea con Guillermo Romero, quien fue vicepresidente del Grupo Bapro. Vidal, en tándem con Rodríguez Larreta, auspician al exministro de Infraestructura bonaerense, Roberto Gigante. No son los únicos nombres en danza: algunos alcaldes del Conurbano pretenden un espacio para Nicolás Ducoté, un excompañero de armas que fuera intendente de Pilar. Y Jorge Macri quiere sentar en el directorio al exdiputado provincial César Torres.
No son las únicas cartas que existen en el mazo del PRO: se habla de que el ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, buscaría que su sucesor en la Provincia, Damián Bonari -ahora asesor de los bloques legislativos-, desembarcara en la entidad bancaria del Estado bonaerense.
La puja interesa porque pondrá sobre la balanza la fortaleza e influencia de los distintos actores del PRO. Será, además, un primer test que enfrentará al ala dura del espacio liderado por Macri con las “palomas” encarnadas por Rodríguez Larreta y Vidal. También se pondrá a prueba si la vieja aspiración que acunan los intendentes del PRO de que las cuestiones bonaerenses se cocinen en la Provincia sigue siendo una mera expresión de deseos.
La trama
Claro que esta trama de tensiones llega a las costas del oficialismo. Existe, por caso, una sorda pulseada entre Kicillof y Sergio Massa. El tigrense reclama un director como reemplazo del actual ministro de Transporte Mario Meoni y sumar dos espacios estratégicos (ya tiene un lugar su cuñado Sebastián Galmarini). Pero esas diferencias exceden la disputa por el directorio: Massa, cuentan, se siente afuera del gobierno provincial y se queja por la falta de espacios en el Ejecutivo bonaerense.
Kicillof prefiere coronar a Alejandro Formento (acompaña al presidente Juan Cuattromo) pero su pliego quedó varado en el Senado en la discusión irresuelta con la oposición y también se habla de Mariano Beltrami, pareja de la ministra de Trabajo, Mara Ruiz Malec.
Esas tensiones se trasladan puertas adentro en el directorio. Cuentan que son recurrentes las discusiones entre la directora ultra K Juliana Di Tulio y Cuattromo, un hombre del círculo cercano de Kicillof.
La disputa por los espacios de poder en el Bapro son clave para la definición de la suerte del Presupuesto y la ley Impositiva, porque su aprobación debe necesariamente pasar por el filtro de Juntos por el Cambio en el Senado.
En las últimas horas, y acaso como para revelar lo que se está cocinando por estas horas, el jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, se quejó de un supuesto “mercado negro de cargos”. Habrá que ver qué efecto nocivo puede haber causado esa definición con tono de denuncia de la que acusó recibo la oposición.
La duda que quedó flotando en el mundillo de la política es si ese mensaje de un actor clave del gobierno bonaerense, pretendió ser más abarcativo y procuró llegar a las costas de Sergio Massa.