Parafraseando –con alguna modificación- a Gabriel García Márquez, “las elecciones en tiempo del Covid-19” resultaría un título adecuado, aunque perplejo, para la convocatoria que formuló hace unos días el Comité de la Unión Cívica Radical de la Provincia de Buenos Aires.
Y es que, si nada ocurre, el próximo 11 de octubre, los radicales afiliados al centenario partido con domicilio en la provincia de Buenos Aires –en el padrón de la justicia electoral- están convocados a elegir sus autoridades para los distintos órganos partidarios.
Como es de rigor, la convocatoria incluye asimismo el llamado a elecciones internas para las autoridades partidarias en los 135 distritos que componen la provincia bonaerense y en los comités de circuito, allí donde los hubiese.
Desde lo formal, no queda otro camino que la elección en los plazos que establece la carta orgánica partidaria. No hacerlo representaría un quiebre de la legalidad imposible de justificar, aun en momentos como los que se viven en el país, en general, y en la provincia de Buenos Aires, en particular.
Desde lo político, a nadie escapa, dentro de las filas radicales, que dos eventuales listas se perfilan para competir por el manejo del partido provincial. La oficialista que, probablemente, postule al diputado provincial Maximiliano Abad y la opositora que sería encabezada por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Y si bien siempre es posible una cierta laxitud cuando impera la unanimidad, los plazos y las formas deben acatarse a rajatabla cuando domina la competencia.
Para el 11 de octubre restan poco menos de dos meses. Es de desear que, para dicha fecha, la pandemia que azota la Provincia haya superado su momento crítico, no ya por una cuestión electoral, sino por razones de sanidad de la población.
Si lamentablemente ello no ocurre, es muy probable que la fecha se corra hacia adelante, al menos hasta diciembre cuando finalizan los mandatos actuales. Y siempre es posible una prórroga, de ninguna manera con carácter indefinido, con fecha cierta de los mandatos, dado el carácter de fuerza mayor.
La carta orgánica del radicalismo de la provincia de Buenos Aires prevé una situación de extrema emergencia para un caso excepcional como podría interpretarse la desaparición o la imposibilidad, por razones no políticas, de la mitad o más de los miembros del plenario.
En ese caso excepcional, los titulares de otros órganos partidarios –convención, tribunal de conducta- deben hacerse cargo provisoriamente para definir una nueva fecha electoral.
Difícilmente ello ocurra. Y como siempre, será el costado político quien determine la continuidad de la historia. Tres posibilidades, o la elección, o la negociación para una lista de unidad, o la unanimidad alrededor de una lista porque la otra decide no competir.
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