Cerca de 36 mil millones de pesos al año. Esa es la estimación del déficit anual del Instituto de Previsión Social, la caja jubilatoria más grande de la Provincia. Se trata de un rojo que fue ganando en volumen desde 2017 y sobre el que ahora el gobierno de Axel Kicillof ha puesto la lupa.
Luego de que Córdoba decidiera asimilar su régimen previsional al de Anses, los temores de los gremios bonaerenses volvieron a escena.
El tema no es nuevo. Ya Daniel Scioli intentó una reforma que no prosperó. Lo propio procuró, también sin éxito, María Eugenia Vidal.
La inquietud se agigantó luego de que este diario revelara el convenio que firmó Kicillof con la Anses por el que el organismo nacional aportó 6 mil millones de pesos para atender el déficit correspondiente a 2017. En parte de ese convenio se menciona un decreto que habla, justamente, de la temida armonización.
En la Provincia niegan que exista la decisión de “armonizar” ambos sistemas. Pero admiten que “algo hay que hacer” para equilibrar el sistema deficitario del IPS. O al menos, reducir el déficit.
A partir de 2017 las cuentas del organismo previsional que paga haberes a cerca de 310 mil beneficiarios entraron en un tobogán. En primer lugar, se congeló el ingreso a la administración pública y, por lo tanto, no hubo más aportantes nuevos al IPS. Pero además, los agentes que fueron contratados por el Estado tanto provincial como por los municipios, fueron por la modalidad del monotributo. Así, cobraban por la Provincia pero aportaban al Anses.
Otra de las medidas que contribuyó a ampliar el déficit fue el sistema de jubilaciones de oficio. Se dice que no menos de 20 mil agentes fueron pasados a retiro de la administración pública y pasaron a percibir haberes por el organismo previsional.
“Hoy la relación es de 2,5 activos por cada jubilado. Y lo ideal sería 4 activos por cada pasivo”, explican en el gobierno bonaerense.
La postura de la administración provincial no contempla tocar la edad jubilatoria de la Provincia, que es de 60 años para los hombres. “Actualmente la Provincia tiene 12 por ciento de población adulta a diferencia de Europa que tiene por arriba del 20 por ciento. Hoy no es un problema”, dijo hace algunas horas el titular del IPS, Eduardo Santín.
Y agregó que “la movilidad y el método de cálculo también son intocables”. El funcionario buscó así despejar un eventual escenario de conflicto con los gremios, que resisten cualquier cambio en el esquema jubilatorio bonaerense.
¿Por qué? Básicamente, porque retirarse en la Provincia es mucho más ventajoso que irse por el Anses. La edad de retiro no es la única cuestión. En la Nación los hombres se retiran a los 65 años y en la Provincia, a los 60.
Ese no sería el asunto más conflictivo. Sí lo es, en cambio, lo que tiene que ver con la fórmula para calcular el beneficio. En el caso de Anses se toman los últimos 10 años de trabajo. En cambio, en la Provincia se consideran los 3 mejores años de aportes consecutivos o los 5 mejores alternados.
Así, el jubilado bonaerense puede retirarse con el mejor cargo que tuvo, lo que no ocurre en el orden nacional.
Finalmente, está la cuestión de la movilidad previsional. Los jubilados de la Provincia reciben mejoras en sintonía con los aumentos que consigue el personal en actividad.
En el caso de Anses, los ajustes dependen de un decreto del Presidente, como viene ocurriendo.
Variantes
Algunas de la medidas que analiza la Provincia para reducir el déficit fueron anticipadas por Santín. Otras, empezaron a ser sugeridas por gremios.
Hay un tercer grupo que permanece en estricta reserva.
El titular del IPS habló de pasar a planta temporaria a los monotributistas que nombró Vidal. Son unos 50 mil, según diversas estimaciones, que pasarían en forma automática a aportar al sistema previsional bonaerense.
También se habla de que empiecen a aportar al sistema bonaerense los empleados de algunos organismos descentralizados que hoy lo hacen a la Anses. Se busca además sumar a los becarios del área de Salud.
Santín habló además de designar directamente personal en planta permanente con el argumento de que existen áreas con falta de trabajadores.
“Haría falta designar 400 mil para equilibrar el sistema”, dicen conocedores del área de recursos humanos bonaerense. Una medida de esas características sería inviable por el peso que la masa salarial ya tiene sobre el presupuesto provincial.
Por eso se habla de medidas adicionales, acaso, más antipáticas. Una de ellas ya rigió en la Provincia hace varios años y fue suprimida: se trata de que el primer mes de aumento de sueldo que reciban los estatales se destine al IPS. Un sistema similar rige para la policía y su caja previsional.
Otras versiones hablan de la posibilidad de que los propios jubilados deban hacer algún tipo de contribución al Instituto. Esto mismo ocurre con los pasivos de la Caja del Banco Provincia.
Desde distintos ámbitos surgen otras propuestas. Por caso, establecer algunos topes a los beneficios más altos que paga la Provincia.
Todas estas cuestiones están en estudio y forman parte de un paquete de medidas que recién comenzó a trabajarse bajo la premisa oficial de que “algo hay que hacer” para neutralizar o al menos reducir el déficit cada vez más voluminoso del Instituto de Previsión Social.
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