Era una medida muy esperada por un sector que está prácticamente paralizado desde que se inició la cuarentena (son contadas las obras autorizadas y casi todas por cuestiones de riesgos en la vía pública). En todo el ámbito provincial, distintos colegios profesionales, entidades y gremios vinculados al sector de la construcción ya venían elaborando protocolos “para estar listos” y empezar a trabajar no bien le dieran luz verde a la actividad.
En tanto, en la Resolución 165 publicada en el Boletín Oficial, con la firma de la ministra de Trabajo bonaerense, Mara Ruiz Malec, se detalla que el protocolo fue elaborado por la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) y la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) para implementar cuando se habiliten las obras entre las actividades permitidas.
Ruiz Malec añade en la resolución que “con miras a establecer de manera uniforme en todos los establecimientos las condiciones mínimas de protección, la Camarco en representación de las empresas del sector, por una parte y por la otra la Uocra en representación de los trabajadores y trabajadoras, han acordado pautas mínimas de protección aplicables a la actividad”.
En el protocolo se establece que, ante la presencia de síntomas compatibles con los de coronavirus, hay que “dar aviso inmediato a jefatura de obra y al delegado; llevar a la persona al punto de aislamiento provisorio definido, evitar todo contacto y solicitar asistencia a la autoridad sanitaria de la jurisdicción”.
Se especifica que se hará un “estricto control” de las personas que ingresen a la obra, se les preguntará a los trabajadores sobre la existencia de alguno de los síntomas, se les tomará la temperatura y quienes presenten 37.5° o más “no podrán ingresar a la obra”.
Más recaudos
El documento también incluye el modo en que se deberán realizar las salidas para la compra de insumos o alimentos y se aclara que solo podrá salir un único trabajador por cada 10 trabajadores. “La fila de acceso a la obra será con una separación como mínimo entre trabajador de 1,50 metros”, se añade y se especifica que, para evitar aglomeraciones, “los empleados de las empresas subcontratistas deberán tener diferentes horarios de acceso a la obra”.
A la vez, se sugiere lavado de manos, desinfección de teléfonos celulares, evitar saludos y besos, y reuniones grupales, no compartir vasos, botellas, utensilios o cubiertos ni mate, y que aquellas tareas que requieran de acciones colaborativas entre trabajadores se realicen “evitando cualquier tipo de contacto entre las personas”.
Se detalla, asimismo, que el empleador “debe proveer el suministro de insumos de limpieza e higiene personal (se propone utilizar lavandina y alcohol líquido)”, designar personal para limpieza y desinfección de objetos y superficies, y que se deben ventilar los ambientes de trabajo.
En las obras deberá haber jabón líquido, toallas de papel o secador de aire eléctrico y se deberán cumplir las frecuencias de limpieza establecidas; las mesas del comedor deberán estar forradas con nylon “para poder desinfectarlas fácilmente antes y luego de cada turno de comedor”; y habrá turnos para usar comedores y vestuarios.
El protocolo aclara también que los elementos de protección no son reutilizables y que las herramientas, máquinas de mano y equipos de trabajo deben ser limpiados “antes de devolverlos en pañol”. Finalmente, se aclara que se deberá evitar el intercambio de herramientas y equipos sin antes desinfectarlos.
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