Reactivan la cruzada contra Conte Grand, pero su remoción parece cada vez más difícil
Una de las espadas políticas del gobernador Kicillof, la ministra Teresa García, ratificó que “corresponde que renuncie”.
“Pongan que lo dije yo: tiene que renunciar”. En los pasillos de la Gobernación bonaerense, Teresa García, una de las principales espadas políticas de Axel Kicillof, respondió así periodistas que le preguntaron por la situación del Procurador General de la Provincia, Julio Conte Grand. “Tiene un compromiso político con la gestión de la ex gobernadora (María Eugenia) Vidal. Lo que corresponde es que presente su renuncia y se vaya”, agregó la ministra de Gobierno.
Con esa frase, desde un sector del gobierno bonaerense reactivaron la cruzada que se inició en los últimos meses del año pasado contra el jefe de los fiscales bonaerenses, quien llegó a ese cargo promovido por María Eugenia Vidal y después de haber sido un funcionario de estrecha confianza política con la ex gobernadora de Cambiemos, y que ya avisó que no tiene pensado renunciar.
Conte Grand se había ubicado como uno de los primeros objetivos del peronismo en la Provincia después de imponerse en las elecciones de octubre. Fuertemente identificado con la figura de Vidal (a quien le “cuidó la firma” como Secretario Legal y Técnico en la primera parte de su gestión), al Procurador le reprochan desde sectores del peronismo no sólo esa cercanía política sino también aspectos de su gestión. Básicamente, apuntaron por su rol en varias causas y lo acusaron de actuar con parcialidad e incluso de ejercer supuestas presiones contra integrantes del Poder Judicial.
A la avanzada también se subieron legisladores de distintos sectores del peronismo. El massista Jorge D’Onofrio, por caso, fue uno de los que planteó la necesidad de que “los organismos de la Constitución evalúen la gestión” de Conte Grand.
Pero más allá de la voluntad de que termine fuera de su cargo, en Gobernación no hay todavía una idea clara sobre cómo llevar adelante esa avanzada. El cargo de Procurador General de la Suprema Corte de la Provincia es vitalicio, por lo que una eventual salida solo podría producirse por una renuncia, como ocurrió en el caso de su antecesora en el cargo, o a través del mecanismo de juicio político. Si bien el jury era un escenario imaginado hace algunos meses por parte del entorno de Kicillof, hoy parece cada vez más lejano.
Como quedó demostrado en las primeras negociaciones legislativas de su gestión, por las leyes de emergencia y la impositiva, el Frente de Todos se enfrenta en el Senado con una mayoría opositora que le bloquearía cualquier intento de esa naturaleza. Juntos por el Cambio controla 26 de las 46 bancas de la Cámara alta, donde el peronismo necesitaría sumar una mayoría calificada de dos tercios para activar un juicio político, hoy fuera de su alcance.
En el Frente de Todos y en la Gobernación otros ven un escenario donde la salida de Conte Grand terminaría siendo inevitable a mediano plazo.
Por eso, desalientan cualquier escenario de confrontación abierta con Conte Grand y apuestan por una suerte de desgaste político que vaya empujando al jefe de los fiscales a dejar el cargo. Y lo confrontan con el caso de María del Carmen Falbo.
En noviembre de 2016, once meses después del cambio de mando la ex Procuradora le presentó su renuncia a María Eugenia Vidal. “Pochi” Falbo había quedado fuertemente apuntada por la actuación del Ministerio Público en la triple fuga del penal de General Alvear, pero en el gobierno de Cambiemos se había transformado en un objetivo político prioritario también por su identificación con el peronismo bonaerense.
Por eso, las declaraciones de Teresa García y la pirotecnia de ese sector del gobierno de Kicillof contra Conte Grand es vista incluso por sectores de la oposición como parte de esa suerte de “operativo desgaste” para pensar en una salida de su cargo en uno o dos años.
Cerca de Conte Grand enfatizan por estos días que al Procurador “no se le pasa por la cabeza” la idea de dejar el cargo tras el cambio de gobierno. Él mismo lo había dicho en diciembre pasado, cuando Teresa García salió por primera vez ya como ministra de Kicillof a plantear que tenía que renunciar. “Entiendo que en estos tiempos hay movimientos de sectores periféricos que intentan incidir en las políticas y designación de funcionarios, a veces sin ningún tipo de lí- mites a los principios republicanos” había dicho por esos días. En la Procuración rechazan los cuestionamientos por la cercanía política con Vidal. “La cercanía es con el Poder Ejecutivo, no con un gobierno”, aseguran. Y destacan que en los últimos meses hubo un trabajo destacado del Ministerio Público en el tema de emergencia carcelaria y en otros casos de alto impacto, como la detención de barras bravas de Racing Club y el asesinato del joven Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
En los bloques de Juntos por el Cambio, fortalecidos después de haberse impuesto en la pulseada por la ley fiscal, ya avisan que defenderán a Conte Grand ante cualquier iniciativa para desplazarlo. “No se lo van a llevar a patadas”, aseguran.