Una zapatilla secuestrada entre los 19 pares hallados en la casa donde detuvieron a los diez rugbiers de Zárate fue identificada como la que se usó para patear a Fernando Báez Sosa en la cabeza. Tenía sangre en la punta y en el costado izquierdo, pero el diseño de la suela confirmó las sospechas: era la misma que los forenses levantaron en la cara de la víctima y el calzado sería de Máximo Thomsen.
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