Uno de cada tres chicos y chicas de entre 12 y 14 años reconoció haber probado alcohol mezclado con bebidas que tienen una alta concentración de sustancias estimulantes, como cafeína y taurina, y suplementos dietarios, de acuerdo con un informe difundido por la Defensoría del Pueblo bonaerense.
El trabajo fue elaborado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos en base a entrevistas directas a 632 niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos y estuvo a cargo del defensor del Pueblo adjunto, Walter Martello.
El relevamiento, además, arrojó que el 45,1% de los chicos y chicas de entre 12 a 18 años consume bebidas energizantes mezcladas con alcohol y en los jóvenes de 18 o más años de edad ese porcentaje trepa al 93%.
Debido a que se trata de productos de venta libre, los adolescentes consultados dijeron que acceden a los energizantes en quioscos (52,9%), supermercados (40,3%) y en boliches (6,6%).
La Defensoría alertó que "en este último caso se está infringiendo la prohibición establecida por Ley de Nocturnidad, que establece que cervecerías, cafeterías, bares y otros sitios públicos donde se desarrollen actividades similares 'no podrán vender, expender o suministrar las bebidas que por su fórmula se consideren energizantes o suplementos dietarios'".
Culpan a las empresas
Para Martello, "las empresas que controlan la producción y comercialización de bebidas energizantes desarrollan estrategias para alentar el consumo juvenil mediante la mezcla con jugos frutales y envases tuneados con llamativos colores y dibujos, a los que se suman mensajes que asocian el consumo de estos productos con celebraciones y climas festivos".
"Por más que no estén mezcladas con alcohol, el solo hecho de tomar energizantes conlleva riesgo para la salud, especialmente si quienes consumen son niñas, niños o adolescentes", alertó.
El funcionario advirtió que según la Asociación Médica de Canadá "podrían provocar menor sensación de bienestar, trastornos del estado de ánimo, baja autoestima e incluso depresión; peor rendimiento escolar, mala calidad del sueño; exacerbación del asma, obesidad infantil, aumentos de la tensión arterial; incrementos indeseables de la glucemia; problemas dentales y óseos".
Así, sugirió que el Estado nacional y la provincia de Buenos Aires "trabajen en la promoción de la salud y el acceso a la información, así como también desalentar el consumo y proteger a la población vulnerable como es la niñez".
"Es indispensable avanzar hacia una regulación que prohíba la venta de energizantes y complejos vitamínicos a menores de 18 años, y regular la publicidad de este tipo de productos en todos los medios de comunicación", explicó Martello.
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