Una inminente reunión entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner sería lo que falta para que comience a develarse el misterio en torno al gabinete que acompañará al gobernador electo. Algunas fuentes kirchneristas, incluso, aseguraban que el encuentro se realizó ayer mismo, en absoluto hermetismo.
El dato no pudo ser confirmado. Lo que sí se sabe, porque la gente que rodea al nuevo mandatario lo admite, es que la palabra de la ex presidenta será decisiva a la hora de llenar casilleros.
Es un poco lo que pasó con Alberto Fernández: el lunes, el presidente electo se juntó con su vice y salió diciendo que el gabinete nacional estaba prácticamente cerrado. El gesto de concurrir a lo de su mentora cebó a las muchas voces que aseguran que Crsitina sigue ejerciendo la jefatura del espacio ganador de las últimas elecciones a pesar de que, oficialmente, será la número dos de la Nación.
En el peronismo también se sabe que el cristinismo puro no tendrá tanta representación en el elenco ministerial nacional. Sería una suerte de acuerdo no escrito entre la próxima vicepresidenta y Fernández: el gabinete tendrá pocos nombres que reconozcan un paso por la gestión de Cristina y muchos que reconozcan la marca del presidente electo, en sintonía con la logia de los gobernadores peronistas que asoman como el gran sustento político de Alberto. En ese marco, la ex presidenta sí ejercería el poder de veto sobre algunos personajes que no le caen bien.
Sin embargo en la Provincia la cosa sería al revés. Kicillof se volcaría más en Cristina que en los intendentes del peronismo para decidir quiénes lo acompañarán en la gestión desde el 10 de diciembre próximo.
Es más: en el PJ bonaerense dan por hecho que en el gabinete del nuevo gobernador no habrá ningún ministro que responda directamente a la liga de jefes comunales del Conurbano, que todavía no atina a desentrañar la lógica política de Axel.
Los intendentes seguramente aportarán a la formación del nuevo gobierno provincial pero en segundas y terceras líneas de los ministerios, básicamente porque Kicillof llega a la Provincia sin un armado territorial propio al que pueda acudir para mudar cuadros de los distritos bonaerenses a La Plata.
Acaso hayan hablado de esto el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, una suerte de vocero de la cofradía de jefes comunales, y el diputado Máximo Kirchner en una reunión que celebraron ayer a la tarde en la Cámara baja nacional. Se sabe: Máximo es el principal operador político provincial de su madre y, a la vez, el canal de los intendentes con la todavía senadora.
Así, por estas horas, en la interminable danza de nombres que suena para el próximo gabinete bonaerense -que estaría en un 90 por ciento definido- conviven nombres ligados a Axel, que este diario viene citando hace semanas según lo que se filtra con cuenta gotas, y otros a Cristina.
Entre estos últimos, por ejemplo, asoma el del ex secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, como posible próximo ministro provincial de ese área. El protagonista habría desmentido la especie pero el rumor sigue en pie. También, para la misma cartera, sigue sonando Cecilia Rodriguez, que fue ministra de Seguridad de Cristina y hoy se ocupa del área en el municipio Avellaneda, gobernado por el hipercristinista Jorge Ferraresi.
En el libro “Radiografía de la Provincia de Buenos Aires”, una obra firmada por varios dirigentes kirchneristas (entre los que está Kicillof) que pretende ser un diagnóstico actual e histórico sobre el estado del principal distrito del país, Rodriguez traza una nueva política de seguridad que habla del control ciudadano de la Policía Bonaerense, entre otros ítems que recuerdan al paso de León Arslanián por ese sensible ministerio. ¿Un anticipo del lugar que ocupará?
El otro nombre ligado a Cristina que empezó a sonar en el “mundo Axel” es el de Juan Martín Mena, que fue el número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) cuando Cristina, siendo presidenta, reformó ese organizmo y puso a Oscar Parrilli como director. Eso fue después de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Mena fue, previamente, funcionario nacional en el ministerio de Justicia durante varios años. Su nombre suena ahora como posible titular de esa área en la Provincia o incluso también para Seguridad.
Otros nombres que andan dando vueltas ligados a Cristina son el médico Daniel Gollián para Salud, que ocupó el cargo hasta 2015 en la Nación, y, en este caso aparentemente con pocas chances, el de Gerónimo Ustarroz. Oriundo de Mercedes, Ustarroz está muy ligado al líder camporista Eduardo “Wado” De Pedro (casi seguro próximo ministro del Interior de Alberto Fernández) por cuestiones familiares. Tanto que dejó una concejalía en su pueblo natal para acompañarlo como asesor al Consejo de la Magistratura nacional. Por estos días “Zaza” -así le dicenprotagonizó una noticia cuasi bizarra: el titular de la Organización de Estado Americanos (OEA), Luis Almagro, lo acusó de ser “espía” durante el reciente proceso electoral de Bolivia que terminó en escándalo, donde habían asistido como veedor y representante del presidente electo de Argentina.
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