Con su Jefe de Gabinete y principal consejero político Federico Salvai al frente del proceso de transición bonaerense, María Eugenia Vidal tiene previsto en este último mes de su gestión enfocarse en una agenda de fuerte peso territorial, con la idea de fortalecer su imagen en la disputa por el liderazgo del espacio opositor en la Provincia.
Ayer, la mandataria estuvo en Lanús, junto a Néstor Grindetti, intendente del PRO que consiguió una resonante victoria en las urnas y que gobernará cuatro años más ese distrito del sur del Conurbano. Vidal compartió allí una actividad institucional con el Ministro de Salud, Andrés Scarsi, y con operarios del SAME en un centro de atención primaria recientemente construido y que se inaugurará en las próximas semanas.
Hoy, en tanto, tiene previsto un desembarco en La Matanza, uno de los distritos con mayor tradición de voto peronista y casi un “territorio hostil” para Cambiemos.
El miércoles, en tanto, encabezará una actividad con fuerte contenido político. Vidal convocó a una reunión de gabinete ampliado e invitó a participar a los “sin tierra” es decir, al conjunto de dirigentes de Juntos por el Cambio que perdieron en sus distritos. Con buena parte de ellos la gobernadora saliente quiere empezar a posicionarse como cabeza visible de la oposición a Kicillof y al Frente de Todos a partir del año próximo.
En todos los casos, el objetivo que persigue Vidal es una salida del poder sin sobresaltos y con una buena imagen institucional y, en paralelo, profundizar el trabajo político en el marco de la incipiente pulseada interna en el PRO tras la derrota en las urnas.
AYER EN LANÚS, HOY EN LA MATANZA
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