La PASO marplatense, la única alegría de Vidal en un domingo de pesadilla
Entre las malas noticias que arrojaron las recientes Primarias para el gobierno provincial (quedó unos 17 puntos abajo del peronismo), el domingo a la noche María Eugenia Vidal tuvo un motivo para alegrarse: el resultado del comicio en Mar del Plata en el rubro intendente, una pelea en la que se involucró personalmente.
Su delfín, el diputado Guillermo Montenegro, se impuso a una parte importante del radicalismo que postuló a la concejal Vilma aragiola.
En rigor, el distrito de General Pueyrredon también le fue módicamente favorable a ella: le ganó por 1,48% a Axel Kicillof, según el escrutinio provisorio.
Mauricio Macri, sin embargo, cayó allí por más de 4 puntos. En la gobernación había ayer satisfacción por el resultado que obtuvo Montenegro, que ha forjado con la gobernadora una relación muy cercana. Le ganó a la histórica Baragiola por el siguiente resultado: 59,39% a 40,60%. El cúmulo de los dos sectores significó que, en la suma general, Juntos por el Cambio obtuviera el 35,03% del total de votos, contra el 27,63 % que obtuvo el Frente de Todos, que sólo postuló a la camporista Fernanda Raverta.
Al no tener rivales internos, la joven terminó siendo la candidata individual más votada del domingo a nivel distrital (104.671 votos contra los 78.801 de Montenegro) Montenegro, en rigor, había arrancado la campaña desde atrás en términos de nivel de conocimiento.
Sin historia política en el distrito, la concejal Baragiola era más conocida entre los marplatenses cuando Vidal habilitó la interna en su fuerza. Eso pasó después de que implosionara la relación entre la gobernación y el actual intendente, Carlos Arroyo, un conservador de extracción vecinal que llegó a la municipalidad en 2015 con la boleta de Cambiemos luego de ganarle la interna precisamente a la radical Baragiola.
Duró poco su oficialismo. Una gestión polémica, los roces con la Provincia, las acusaciones de destrato y el aliento vidalista a sus rivales hicieron volar todo por los aires. En algún momento, se habló de ofrecerle al alcalde participar de la Primaria amarilla, algo que no terminó sucediendo. Conclusión: Arroyo jugó las PASO con su partido municipal, Agrupación Atlántica, y obtuvo el 5,1% de los votos. Su reelección en octubre parece una quimera.
El PRO, pata principal de Juntos por el Cambio, también se encargó de bajar a último momento la candidatura del diputado provincial y ex “lilito”, Guillermo Castello, otro que tenía intenciones y ni siquiera logró mojar en el reparto de las listas seccionales. Intentó una postulación a la gobernación -o sea, contra Vidal- en el espacio de José Luis Espert. No pasó el filtro judicial.
Los radicales se pusieron de acuerdo entre ellos para que sea Baragiola la rival de Montenegro. El jefe de bloque de los diputados provinciales de Cambiemos, Maximiliano Abad, bajó su pretensión local a cambio de encabezar la lista seccional en busca de renovar su banca. Y el ex alcalde Daniel Katz, un nombre que siempre suena, finalmente dio su apoyo a la concejal Montenegro, que acaso al principio era renuente al desafío, se pegó a Vidal como una estampilla y selló una alianza interna con el grupo de peronistas marplatenses
que juega en el oficialismo, encabezado por el senador provincial Lucas Fiorini y apadrinados, a nivel gabinete, por el ministro de Gobierno, Joaquin De la Torre. Otro que viene del PJ.
Este grupo se abocó a lo que sabe hacer, según la definición de una fuente en La Plata: la construcción política y el cuidado de la territorialidad. Se aseguró fiscales, distribuyó 2 millones de boletas y abrió 39 puntos de consulta de padrones y reparto de papeletas.
Montenegro logró, según resumen de voceros oficiosos que viven en La Feliz, instalar la idea de que era el verdadero candidato de Vidal en las Primarias y se nutrió de la buena ponderación de la mandataria. Además, claro, no le faltaron recursos para difundir su imagen.
Acaso porque en la política tradicional de la ciudad vienen dando vuelta los mismos nombres hace tiempo, el diputado pudo haberse beneficiado con la idea de que es alguien diferente a lo habitual.
En ese sentido, quien también aparece como novedosa es la candidata del kirchnerismo, Raverta, que alineó a casi todo el peronismo local en una ciudad que históricamente es refractaria a esa fuerza política.
Tal vez la camporista encuentre alguna dificultad para mejorar la performance de las Primarias en la figura del ex intendente Gustavo Pulti, que con su Acción Marplatense y boleta corta quedó tercero (17,37%) y pretende disputar votos de perfil justicialista. Había pedido ir a la PASO, pero el PJ no se lo permitió.
Se sabe, además, que Raverta intentará pescar entre los desencantados que deja la caída de Baragiola. A priori suena duro, porque ese votante es de perfil radical.
Por cierto, el partido que a nivel provincial preside el vicegobernador, Daniel Salvador, una vez más no contará con postulante propio a la intendencia.