Le dieron el alta a Rocío Quagliarello, la única sobreviviente de la masacre de San Miguel del Monte

La joven de 13 años estaba internada en el Hospital El Cruce de Florencio Varela luego de la persecución fatal que terminó con la vida de sus cuatro amigos.

Luego de estar varias semanas internada en terapia intensiva en el Hospital de Alta Complejidad El Cruce, Rocío Quagliarello, la única sobreviviente de la fatal persecución policial de San Miguel del Monte, recibió el alta médica.

La adolescente estaba en terapia intensiva y con soporte respiratorio en ese hospital de Florencio Varela desde la madrugada del lunes 20 de mayo, cuando el auto en el que viajaba con cuatro amigos se estrelló contra un acoplado en medio de una persecución policial que incluyó una balacera.

Ahora, 25 días después de la masacre, la familia emitió un comunicado para avisar la noticia. “Quería comunicarles que hoy 13 de julio, sin saber precisar el horario, le darán el alta a Rocío. Estamos sorprendidos de su evolución. Damos gracias a Dios y a todos los que han apoyado con sus oraciones, a todas las personas por el grado de colaboración y respeto. Quiero solicitar a toda la población que traten de no apurarse para visitarla, ya que la queremos preservar por un tiempo prudente”, indicó su tío Ricardo Minoli.

Rocío salió del hospital antes de las 9.30 de la mañana. La madre, Loana Sanguinetti, calificó su recuperación como “milagrosa”.

En el último parte médico, desde la dirección del hospital destacaron los progresos favorables diarios de su evolución. “Rocío sigue internada en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica. Se encuentra clínicamente estable, acompañada por su familia. La paciente comenzó a ingerir alimentos blandos por vía oral. El equipo de salud mental continúa trabajando con Rocío y su entorno”, indicaron desde la institución.

Luego de la fatal persecución que terminó con la vida de Anibal Suárez, quien manejaba el vehículo, Gonzalo Domínguez, Camila López y Danilo Sansone, Rocio debió ser intervenida de urgencia por una herida en el hígado.

Estuvo internada en terapia intensiva pediátrica y sus principales complicaciones radicaron en sus pulmones. Sin embargo experimentó mejorías constantes y satisfactorias. De hecho a principio de mes le quitaron el respirador artificial y en los últimos días había empezado a ingerir alimentos. Además debió ser operada de la mandíbula y de quebraduras en un brazo, una pierna y un tobillo.