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TRASTIENDA POLÍTICA

Eliminar las PASO, la nueva quimera que buscan los intendentes de Cambiemos

Enterrada la idea de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, en Cambiemos bonaerense se explora por estas horas una quimera fogoneada por los intendentes de esa fuerza que manejan distritos del Conurbano: eliminar las Primarias Abiertas Obligatorias que, de acuerdo al cronograma electoral, deberán realizarse en agosto próximo.
Es verdad que la idea está verde y que, por ahora, sólo es tema de conversación entre los jefes comunales del PRO. Los mismos que, en su momento, impulsaron la jugada del desdoblamiento electoral en la Provincia para debilitar a un justicialismo que parece fortalecerse en el Gran Buenos Aires por los desaciertos económicos del gobierno nacional.
Jorge Macri, el mandamás de Vicente López, aparece como el abanderado de este nuevo experimento amarillo. El otro referente, de muy buena llegada al presidente Mauricio Macri y que respalda la idea, es el intendente de Lanús, Néstor Grindetti.
Pero acaso hoy la movida adquiera un carácter más firme: la gobernadora María Eugenia Vidal citó esta tarde a los legisladores de su partido para conversar de política. Es probable que algunos diputados que responden a los alcaldes eleven el proyecto para intentar convencer a la mandataria de que interceda ante la Casa Rosada. Porque, se aclara, para eventualmente eliminar las PASO se requiere de un acuerdo legislativo en el Congreso nacional que hoy parece improbable.

Jorge Macri, el mandamás de Vicente López, aparece como el abanderado de este nuevo experimento amarillo.

No se necesitarían mayorías calificadas, sino de la mitad más uno de los presentes en el recinto a la hora de votar. En ambas cámaras. Esa es una de las explicaciones que se escuchan entre los intendentes para abonar la teoría de que, con un acuerdo con un sector del peronismo, la eventual ley que derogue o “suspenda por única vez” las Primarias sería posible. Un par de jefes comunales de Cambiemos, y ciertos legisladores provinciales, han iniciado charlas con alcaldes peronistas para buscar un entendimiento.
También se plantearía en un encuentro agendado para el viernes, que reunirá justamente a los intendentes del PRO en Olivos. El escollo que tienen éstos es que, por lo que se sabe, el poderoso jefe de gabinete nacional, Marcos Peña, se opone a la idea. Respalda esa postura personal en el mismo argumento que dio para no avalar el desdoblamiento bonaerense: no es bueno para Cambiemos, que hace bandera del respeto a las instituciones, que aparezca modificando las reglas del juego. Peña relaciona esa metodología con la llamada “vieja política” que, para la lógica oficialista, representa el peronismo. Y, en especial, el de la Provincia de Buenos Aires.
Según fuentes oficiales, anoche se realizaba una cena en la Quinta Presidencial donde algunos comensales tenían la idea de introducir el tema. El problema para esos asistentes es que Peña está de vacaciones y, se sabe, Macri no suele tomar ninguna decisión electoral si antes no lo debate con su mano derecha.
¿Qué argumentan, en forma oficial, los que quieren eliminar las PASO? Uno: que se vote menos cantidad de veces para ahorrarle al Estado unos 6 mil millones de pesos que insumirían de costo las Primarias. Dos: que en la mayoría de los casos terminan siendo elecciones sin competencia real porque los espacios presentan una sóla nómina. Tres: que, justamente por eso, la mayoría de la gente termina rechazando la idea y concurre a votar a desgano.
Hay otros argumentos más políticos, subterráneos. Ese sector de Cambiemos cree que el test de las PASO puede funcionar como el primer y acaso más duro castigo del votante hacia el gobierno nacional, que aparece alicaído en todas las encuestas. Y que eso ocasionaría un efecto “arrastre hacia abajo” en sus respectivos distritos e introduciría la sensación de que el gobierno “ya perdió en octubre”. Sostienen además que, si se evidencia una mejora económica como prometen los gurúes oficiales, la misma se vería -con mucho optimismo- recién en octubre y no en agosto.
Los intendentes amarillos también persiguen otra cosa: eliminar la posibilidad de que rebeldes internos en sus localidades se presenten a disputarles la hegemonía en las Primarias. Subyace siempre la tensión entre el PRO y el radicalismo bonaerense detrás de esa realidad. Deshabilitar la posibilidad de internas allana el camino de sus propias candidaturas. También anida allí, sobre todo, el convencimiento de los alcaldes de que ellos tienen mejor aceptación en sus distritos que el Presidente. Números que les acercan las encuestas propias.
Y hay otra cuestión. Esas usinas de Cambiemos, dando por descontado que Cristina será candidata a la Presidencia, explican que no quieren darle a la ex mandataria y a quien ella lleve de postulante a gobernador, esa primera victoria que podría significar ser el espacio más votado en las Primarias de agosto.
Pero es curioso porque en el propio oficialismo, en especial en despachos de la gobernación, aseguran que acaso ese escenario de eventual favoritismo hacia el kirchnerismo en las PASO ayude a potenciar las postulaciones del oficialismo en octubre, en especial la de Vidal y bajo la bandera de evitar un “regreso al pasado”. En 2015, cuando fue consagrada gobernadora, aquella receta dio resultado.

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