La propuesta para rebajar un porcentaje de la tarifa de electricidad y de agua de la Provincia, eliminando de la boleta dos impuestos que recaudan los municipios, tiene pocas chances de avanzar en el Senado bonaerense, en medio de las resistencias de la mayoría de los bloques opositores y de los intendentes, tanto del peronismo como del massismo y también de las filas de Cambiemos.
El proyecto fue remitido a la Comisión de Presupuesto de la Cámara alta, que debería estudiarlo y, eventualmente, darle despacho para ser enviado al recinto. Pero buena parte de la oposición no prestará los votos para que eso ocurra y en Cambiemos la idea de enfrascarse en una pelea por este tema no genera mucho entusiasmo ni consenso.
Si, como todo indica, el proyecto no logra avanzar en la Legislatura, la rebaja en las tarifas de los servicios que promovió el gobierno de María Eugenia Vidal terminará siendo significativamente menor a la anunciada el lunes pasado en la Gobernación. La tarifa eléctrica, en vez de tener una rebaja del 15,7 por ciento como había anticipado el Ejecutivo, bajará 10,8 por ciento, mientras que el agua, en vez de bajar un 6,2 por ciento lo hará un 3,1 por ciento.
La medida había sido impulsada en el campamento de Cambiemos en medio de la crisis interna por la decisión de avanzar con un nuevo ajuste en las tarifas de servicios, lo que generó críticas de los socios políticos del radicalismo y la Coalición Cívica. Fue pensada para aliviar algo el impacto de las subas en la luz y el gas y para descomprimir el malestar en los usuarios bonaerenses. Ahora, luego de la extensa sesión del jueves la discusión parece camino a estancarse en la Legislatura.
Eso, luego de que una extensa jornada de sesiones, el Senado y Diputados sancionaran el jueves un proyecto que se limitó a quitar los impuestos provinciales y que dejó vigentes los tributos municipales en las boletas de los servicios.
Fueron los intendentes del peronismo, a viva voz, y del oficialismo, a puertas cerradas, los que presionaron en la semana que pasó para que las cámaras no voten una quita que significaba un duro golpe para las finanzas de las intendencias. Según estimaciones, las comunas iban a dejar de percibir unos 1.300 millones de pesos al año si se avanzaba con el proyecto tal como había sido enviado a las cámaras por el Ejecutivo.
Por eso, en negociaciones que se extendieron hasta pocos minutos antes de que arranquen las sesiones en las dos cámaras el jueves pasado, se decidió desdoblar el proyecto. Al recinto, se llevó una iniciativa que sólo disponía la eliminación de impuestos provinciales que se cobraban en la boleta de la luz. Y se envió a la Comisión de Presupuesto, que preside Andrés De Leo (Cambiemos) otro proyecto que contenía los artículos 2 y 3 de la norma original, que hacían referencia a tributos incluidos en las boletas de luz y agua cuya recaudación iba a engrosar las arcas de los 135 municipios.
De esa forma, lo que terminó sancionando la Legislatura el jueves luego de un debate que se extendió hasta entrada la noche fue una quita que apenas será perceptible para los usuarios de servicios de la Provincia: el 0,4 por ciento de la boleta de luz.
El resto de la quita fue dispuesta a través de un decreto firmado por Vidal, publicado el viernes en el Boletín Oficial, que terminó de redondear, con lo votado en la Legislatura, una baja que hasta el momento quedó en 10,8 para la luz (lejos del 15,7% anunciado), del 6,2 para el gas y de 3,1 para el agua.
Ahora, en medio de los planteos del kirchnerismo, del PJ y del massismo para que se convoque a una sesión especial para tratar un conjunto de proyectos de ley opositores vinculados a tarifas, en el oficialismo no parece haber mucho entusiasmo para empujar un proyecto que generó polémica con los intendentes no sólo opositores sino también con los propios oficialistas.
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