La banda narco presuntamente liderada por el empresario Gustavo Sancho, detenido en su casa del barrio porteño de Villa Urquiza, traía droga al país desde Bolivia y en vuelos clandestinos la llevaban a distintos puntos de la provincia de Buenos Aires para luego enviarla a Europa a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata.
Los detalles de cómo operaba la organización, que tenía múltiples conexiones internacionales, fueron revelados por el Ministerio de Seguridad de la Nación, que además informó que en el marco de los operativos se secuestraron casi nueve millones de pesos, 45 autos de alta gama, 12 motos, lingotes de oro sólido y joyas.
Los allanamientos que Gendarmería bautizó “Operativo Quijote” fueron 45 en total y alcanzaron a propiedades del conurbano bonaerense, Mar del Plata, Pinamar, Capital Federal y la ciudad chaqueña de Roque Sáenz Peña.
La investigación realizada desde hace tres años por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado permitió establecer cuál era el modus operandi de la organización, que conseguía la droga en Bolivia y en Perú y la traía al país previa escala en Paraguay.
Posteriormente, en vuelos clandestinos que se realizaban generalmente de noche y bajo malas condiciones climáticas, los estupefacientes eran trasladados hacia distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, entre ellos las ciudades de Azul, General Belgrano, General Rodríguez y Mar del Plata.
Allí, integrantes de la banda vestidos de traje y portando armas largas recibían la droga y la acondicionaban en vehículos ligeros. Finalmente, escondían las sustancias entre mercaderías y la enviaban hacia España a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata.
De acuerdo con la pesquisa, la banda tenía conexiones en Paraguay, Brasil, Ecuador, Canadá, España y el norte del continente africano, pero el destino principal de las sustancias era Europa.
La complejidad de la banda demandó que la Unidad de Operaciones Antidrogas de la Gendarmería coordinara acciones y cooperara con las fuerzas policiales de todos los países involucrados y finalmente se detuviera a Sancho, su esposa, sus tres hijos y otros once sospechosos.
Varios allanamientos
Sancho (56), oriundo de Chaco y dueño de boliches de la localidad bonaerense de San Martín, ya había sido detenido en otras oportunidades y en los últimos años se dedicó a la compra de avionetas que, luego, eran acondicionadas para el traslado de estupefacientes, se indicó desde la cartera de Seguridad.
El empresario fue apresado el martes en su casa de Villa Urquiza, donde perros rastreadores encontraron gran cantidad de dinero: 323.413 dólares, 37.610 euros y 2.312.512 pesos, es decir casi 9 millones de pesos que se esparcieron en una cama king size para ser contados. Los allanamientos permitieron además decomisar 45 autos de alta gama (entre ellos un Chevrolet Camaro), 12 motos (al menos una Harley Davidson), una moto de agua, 135 teléfonos celulares, computadoras, tres lingotes de oro sólido y joyas.
También se allanó el hotel Rosmar de Mar del Plata y una vivienda que en un terreno tenía varias plantas de marihuana. Además de las acusaciones por narcotráfico y lavado de dinero, Sancho fue mencionado por Juan Alfredo Rodríguez, el padre de Candela Sol Rodríguez (11), como uno de sus posibles enemigos al declarar en la causa por el secuestro y crimen de su hija, cometido en 2011 en el partido bonaerense de Hurlingham.
Rodríguez también mencionó a otros sospechosos de estar vinculados con el narcotráfico en la zona de San Martín, donde vive parte de la familia de Sancho. De hecho, su hijo mayor, el piloto de TC Pista Alan Sancho (29) -uno de los detenidos el martes- fue secuestrado en diciembre de 2009 y liberado 30 horas después en Ituzaingó, sin que se pagara los 200.000 euros que los captores pedían de rescate.
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