El primer día de octubre próximo se llevará a cabo el acto de inauguración en las instalaciones del Frigorífico Municipal de Leandro N. Alem, ubicado en el sector industrial sur, sobre la Ruta Nacional 7, a la altura de la localidad de Vedia y con capacidad de faena de 150 vacunos o 300 porcinos por día.
Se trata de un establecimiento totalmente nuevo, con máquinas y equipamiento a estrenar, que se logró terminar tras diez años de gestión y obra, y que significó una inversión de 100 millones de pesos.
En diálogo con Democracia, el jefe comunal, Alberto Conocchiari, manifestó sus expectativas en torno al frigorífico, el crecimiento del distrito, de la economía local y de las nuevas oportunidades de empleo directo e indirecto que se desprenderán de este proyecto.
-¿En qué momento y cómo surgió la idea de construir un frigorífico municipal?
-Desde el comienzo de la gestión tuvimos esta idea ambiciosa que, aunque parecía difícil de concretar, era uno de los máximos desafíos a favor del desarrollo distrital. Hace no menos de diez años que estamos trabajando en la obra y llegamos a este momento, el más ansiado. Después de tanto esfuerzo logramos el objetivo y ahora está SENASA dando el último vistazo para su aprobación. Luego vendrá la etapa de la adjudicación en concesión para la explotación, pero el enorme desafío, que eran el financiamiento y la realización, está logrado.
-¿Cuándo y de qué manera va a funcionar el frigorífico?
-Inmediatamente después de la inauguración, que está prevista para el domingo 1ro. de octubre después del mediodía, si las condiciones climáticas lo permiten, lanzaremos el llamado a licitación para concesionar la explotación. Desearíamos que hubiera interés en actores locales de la economía, ligados a la producción de carne vacuna o porcina, ese fue el propósito original. Y si no es así, será para quien cumpla con los requisitos planteados. El frigorífico está preparado para la faena de vacunos y porcinos, y la carne se podrá vender en todo el país porque va a tener tránsito federal.
-¿Cuáles son las estimaciones que hicieron en cuanto a las fuentes de trabajo en este nuevo establecimiento?
-En cuanto al empleo directo prevemos una dotación inicial que va a estar entre las 20 y las 30 personas, que puede ampliarse en el futuro cuando tenga funcionamiento pleno. Luego hay que sumar el empleo indirecto, los servicios, la demanda, el mantenimiento del frigorífico en sí y la actividad misma.
La aspiración máxima es que podamos generar alguna otra actividad ligada a la faena, a partir de los productos como la sangre, el cuero, los huesos o la grasa. No nos olvidemos que tenemos a pocos metros una planta de biodiésel, que con un módulo especial también puede procesar grasa. Ideas hay muchas, tiempo mediante, ojalá podamos concretarlas para hacer un enlace virtuoso del proceso productivo, aumentar el desarrollo y la generación de empleo.
-¿Además del empleo, en qué aspectos esta obra va a beneficiar al distrito de Leandro N. Alem?
-Esta obra, entendemos, va a ser de alto impacto para toda la comunidad, siempre lo imaginamos así y por eso dimos semejante batalla a través de los años, porque al emprendimiento lo visualizamos con múltiples beneficios.
Es una inversión del orden de los 100 millones de pesos, con todo nuevo, a estrenar, no hay nada usado, no es un viejo matadero reformado, es un sueño cumplido. Los beneficios pasan por múltiples aspectos como el empleo directo e indirecto, la reactivación de la vida económica y el desarrollo local.
Por otro lado, nuestra intención es darles a los pequeños productores, que no tienen capacidad para cargar una jaula y llevarla al mercado, la posibilidad de un canal de venta, para la faena local. Justamente, también, darles la posibilidad de faena a los interesados del distrito, tanto vacunos como porcinos.
A su vez, entendemos que debería impactar positivamente en el precio de la carne por la reducción del flete. En este momento, todos los frigoríficos que proveen a los pueblos del distrito tienen entre 50 y 110 kilómetros de recorrido, por lo cual es un costo importante que debería, de algún modo, disminuir al tener el establecimiento de faena local.
En otro aspecto, pensamos en el aporte bromatológico: hoy muchas faenas de cerdo se hacen en establecimientos que no reúnen las condiciones y este frigorífico va a estar habilitado por SENASA y con presencia permanente del organismo. La municipalidad entiende que no lo puede manejar, porque no tiene conocimiento de una actividad tan específica como es la faena, pero tenemos que ser garantes de que esta explotación implique un beneficio generalizado para toda la población del distrito, tanto rural como urbana.
COMENTARIOS