Luego de la foto que arrojaron las Primarias Abiertas, el Conurbano se ha vuelto la gran obsesión de Cambiemos para las elecciones de octubre. La campaña del oficialismo hasta llegar al domingo 22 de ese mes estará especialmente enfocada en esa vasta área geográfica en la que Cristina Kirchner se hace más fuerte.
Los poco más de 20 mil votos que según el escrutinio definitivo obtuvo la ex presidenta sobre su rival del oficialismo, Esteban Bullrich, se explican por la diferencia que sacó en distritos de la Primera Sección Electoral (Norte y Oeste del Gran Buenos Aires) y, sobre todo, de la Tercera (Sur del GBA).
En voz baja, en Cambiemos admiten lo obvio: Bullrich no es el candidato ideal para ofrecer a ese electorado, que responde a un perfil tradicionalmente justicialista y que reside en zonas industriales afectadas por las primeras medidas económicas del gobierno de Mauricio Macri. El ex ministro de Educación, pues, tendría un papel un tanto más acotado en esta nueva etapa de la campaña.
En fuentes gubernamentales nadie duda que Bullrich será una excelente espada legislativa del Presidente una vez que ingrese al Senado. Sin embargo, y aunque nunca se admitirá en público, sí se duda sobre su cintura como candidato, en base a varios errores que cometió en el proceso electoral que desembocó en las PASO y que debieron ser enmendados a las apuradas.
Otro punto a favor
No debería sorprender que la segunda de Bullrich en la boleta, Gladys González, adquiera un carácter más protagónico en las próximas semanas. “Da muy bien en los medios; es muy segura hablando”, dicen en Cambiemos. Un punto a favor para el asesor Jaime Durán Barba, que siempre abogó porque fuera ella quien encabezara la oferta de Cambiemos. González se enfocaría especialmente en el electorado femenino, explotando la idea de que es “una mujer común”. Algo parecido a lo que en su momento hizo María Eugenia Vidal.
Por cierto, el oficialismo volverá a apelar a las “balas de plata” que utilizó en el tramo final de la campaña para las Primarias: la gobernadora, por un lado, y Elisa Carrió, por el otro.
Carrió no es candidata en el distrito –se postula a diputada por la capital federal y desde allí será una de las grandes ganadoras de octubre- pero es una carta que será utilizada en la Provincia frente a lo que en Cambiemos estiman como inevitable: un mayor grado de exposición de Cristina.
El oficialismo entiende que en este turno la ex presidenta deberá salir a buscar un voto que no tiene, sea de Florencio Randazzo, de Sergio Massa o de las expresiones políticas que no llegaron al piso del 1,5 % de votos que se requerían en las Primarias para aspirar a octubre. Para eso deberá mostrarse mucho más, evalúan. Y allí estará Lilita, dicen en el macrismo, para recordarle a Cristina por qué es una de las principales denunciadoras de su paso por la Casa Rosada.
Lo de Vidal sería otra cosa. La gobernadora estará durante las próximas semanas en actos de gestión, pequeños, sin demasiadas estridencias, pero constantes. De hecho, ya comenzó esa faena. Sobre todo, allí en el Conurbano donde el Gobierno ha volcado una millonada de dinero en el inicio de obras públicas postergadas.
Pero la parte más emocional de su discurso, ese en el que directamente pedirá el voto de los bonaerenses para “seguir peleando contra las mafias” o para “hacer lo que no se hizo durante más de dos décadas”, se verá en el tramo final de la campaña. Sucedió algo similar en las Primarias: una aparición rutilante de Vidal en la última semana que para muchos observadores fue la causa de que Cambiemos levantara, casi hasta el empate, una elección que venía perdiendo por varios puntos.
Ahora buscarían repetir esa historia en un contexto donde se apuntará especialmente a profundizar la polarización con la Unidad Ciudadana de Cristina con la receta ya utilizada de “lo viejo contra lo nuevo”.
Se parte del supuesto de que estas elecciones son enfrentadas –por el electorado y los partidos políticos- con una lógica nacional, a pesar de que técnicamente se trata de comicios distritales. La apuesta del gobierno se sustenta, explican en el búnker de campaña, en el alto rechazo que conservaría la ex presidenta y en la convicción de que, para el domingo 22 de octubre, se visibilicen las señales de recuperación económica en ciertos sectores de la economía.
TRASTIENDA POLÍTICA
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