Los investigadores del femicidio de Anahí Benítez sospechan que hubo al menos dos personas involucradas en el crimen cometido la semana pasada en Lomas de Zamora. La atención de los detectives se concentró en los cruces de llamadas telefónicas y en el círculo de relaciones del único detenido: Marcos Bazán, de 34 años.
La hipótesis sobre un segundo sospechoso vinculado con Bazán -por ahora, el único detenido por el asesinato- cobró forma al analizar el recorrido que hizo el perro rastreador que marcó el galpón del imputado y el lugar donde fue enterrado el cuerpo de la víctima, en la reserva natural Santa Catalina. Se trata de un trayecto de casi 300 metros en el que no se hallaron marcas de arrastre. Por eso, los investigadores sospechan que alguien con un auto ayudó al autor del crimen a trasladar el cadáver hasta el lugar en el que fue encontrado, el viernes pasado.
Mientras se esperan los resultados de los estudios complementarios de la autopsia realizada a Anahí, que tenía 16 años, los responsables de la investigación se abocaron a escuchar a más testigos que pudieron haber visto al segundo sospechoso en la casa de Bazán.
Murió por asfixia
Se determinó, también, que murió por asfixia no mecánica, por sofocación; quizás, por la obstrucción de nariz y boca con una almohada. No presentaba signos de defensa y, por eso, se presume que fue ahogada cuando estaba inconsciente, quizás como consecuencia de un golpe o por la aplicación de alguna sustancia.
Para fundar sus sospechas contra Bazán los investigadores partieron de un elemento: "Bruno", el perro rastreador aportado por la Municipalidad de Escobar para el operativo de búsqueda de Anahí, marcó el galpón del imputado como el lugar en el que la joven estuvo ya sin vida. Desde allí siguió el rastro hasta el lugar del hallazgo.
Aunque en su indagatoria respondió todas las preguntas formuladas por la fiscal Verónica Pérez, hubo respuestas que los investigadores consideraron "vidriosas". Bazán dijo que en las horas posteriores a la desaparición de Anahí fue a la comisaría de Parque Barón a denunciar que había visto a un encapuchado merodeando la zona.
Sin embargo, no existe registro de la denuncia. Lo único que figura en el expediente es el acta de un policía que describió el encuentro con un vecino de la reserva, en referencia a Bazán, quien le describió el incidente con el encapuchado que se escondió entre las cañas.
En otro tramo de su declaración, el imputado sostuvo que había conocido al primer acusado del caso (Leonardo Agostino, el ex profesor de matemáticas de Anahí), entre 2010 y 2011, cuando tomó con él clases de apoyo. Llamó la atención de los investigadores que el profesor haya afirmado categóricamente que no conocía a Bazán.
Para explicar la identificación positiva realizada por el perro "Bruno" sobre la presencia del cuerpo de Anahí ya fallecida en el galpón de su casa, el imputado manifestó que tiene dos animales que llevan a su casa elementos que encuentran en la reserva y que es posible que así hubiese llegado el olor de la víctima hasta su vivienda. También aclaró que las prendas de mujer encontradas en su casa pertenecen a su novia y no a la adolescente asesinada.
Hasta el momento, los funcionarios judiciales cuentan como principal indicio contra Bazán la identificación realizada por el perro rastreador. No pudieron determinar aún el grado de vinculación que el acusado habría tenido con el hecho. Por tal motivo deducen la existencia de un segundo sospechoso que bien podría haber sido el verdadero autor del homicidio y haber recurrido al actual detenido para que lo ayude a ocultar el cuerpo.
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