A tan sólo cuatro meses de las elecciones primarias, el Grupo Esmeralda de intendentes comenzó a mostrar fisuras internas a partir de la presunta intención de un grupo de ellos de retirarse del armado político en torno a Florencio Randazzo producto de las mediciones de intención de voto que en sus respectivos distritos muestran en alza al binomio Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli.
Con encuestas en mano, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y sus pares de Esteban Echeverría, Fernando Gray, y de Almirante Brown, Mariano Cascallares, recalcularon ante la creciente popularidad de la expresidenta y ya no tendrían motivaciones en darle aire a una construcción electoral -de la que forman parte otros intendentes del Esmeralda, el Movimiento Evita y algunos gremios de la CGT- que, según suponen, se encamina a una derrota segura en las PASO.
Rumores de ruptura
Los rumores de ruptura del agrupamiento que había surgido como una expresión que aspiraba a una renovación en el peronismo surgieron a partir de las visitas de Scioli a los pagos de Insaurralde y de Gray, y a la ausencia de representantes de este subgrupo de intendentes del Esmeralda en las reuniones de campaña de la nueva corriente “randazzista”.
Pese a que siempre recelaron del kirchnerismo en su fase cristinista, analizan que brindarle un apoyo explícito a una opción que tiene las de perder en sus respectivos municipios en el marco de un escenario de abierta polarización sería un suicidio político o al menos un retroceso ante su propia base electoral.
Por eso, ya no les seduce la idea de participar de una lista que confronte con el kirchnerismo duro en las PASO, y por el contrario ahora postulan como prioridad “lograr una lista de unidad” entre todos los sectores.
Apoyo a Randazzo
En cambio, los intendentes de San Martín, Gabriel Katapodis; de Hurlingham, Juan Zabaleta; y Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca, exigen primarias y están decididos a jugar sus fichas por el exministro del Interior y Transporte.
Al menos por ahora no meditan un plan B: los tres participaron de los encuentros proselitistas que tuvieron lugar días atrás en Junín y Zárate y tienen pensado repetir en Bolívar y Mar del Plata, las próximas paradas del tren de campaña “randazzista” durante este mes de abril.
Si bien todavía no hay una decisión tomada, los caminos parecen bifurcarse y con mayor nitidez a medida que se acercan los tiempos de definiciones. “Veremos qué pasa en los próximos diez días. Hay algunas visiones distintas por la realidad que se vive en cada distrito, pero están juntos y van a tomar una decisión llegando el momento”, admitieron fuentes del subgrupo de intendentes del Grupo Esmeralda que se mantiene cercano a Randazzo, lo cual confirma que el espacio atraviesa una crisis interna al calor de las definiciones electorales.
Respaldo a Scioli
De concretarse, este giro político de Insaurralde y compañía los alinearía en la misma frecuencia que en la que está el Grupo Fénix que lideran el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, y los jefes comunales de La Matanza, Verónica Magario, y de Merlo, Gustavo Menéndez, que tienen una relación fluida con el sciolismo.
En este espacio, Scioli y Magario aparecen como los candidatos más firmes para competir en busca de una banca en la Cámara de Diputados en caso de que Cristina Kirchner desista de competir.
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