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YA SE REALIZARON MÁS DE 100 EN LA PROVINCIA

Los juicios por jurado dejan atrás los temores que suscitaba su incorporación

A dos años de su puesta en marcha, la estadística de la Corte muestra que los jurados populares no han sido más blandos ni más duros que los jueces profesionales.

Cuando en marzo de 2015 finalmente se puso en marcha en la Provincia el sistema de juicios por jurado, surgieron desde el seno de la Justicia dos preocupaciones contrapuestas por cómo iba a resultar la nueva modalidad. Mientras que algunos temían que los jurados populares fueran más absolutorios que los jueces por la carga emocional y la presión que significa dictar una condena; a otros les preocupaba por el contrario que terminaran encarnando una suerte de ente vengador de una sociedad que reclama a voz en cuello mayor seguridad. Dos años más tarde, cuando ya se ha realizado más de un centenar de juicios de este tipo en territorio bonaerense, la estadística confirma que ninguno de esos temores se materializó.  
Un relevamiento difundido por la Procuración General de la Suprema Corte al cumplirse dos años de la implementación de los juicios por jurado muestra que el 56% de ellos dictó veredictos de culpabilidad, el 35% absolutorios y en el 9% de los restantes el  veredicto fue mixto, con uno de los imputados absuelto y otro declarado culpable. Como señalan expertos Derecho Comparado, este desempeño no sólo resulta similar al de los jueces letrados sino que se ajusta a los estándares internacionales para este tipo de procesos, lo que confirma su imparcialidad.
“Los estudios más serios indican en general una proporción de 60 condenas contra 40 absoluciones. De modo que la experiencia de la Provincia de Buenos Aires se ajusta a los estándares registrados en países con un nivel de juzgamiento de causas penales mucho mayor al nuestro y que llevan más de doscientos años aplicando esta modalidad”, remarcan desde la Asociación Argentina de Juicios por Jurados.
Otro dato curioso que surge del informe es la baja participación que tuvo en la puesta en marcha del sistema nuestro departamento judicial.  Contra los 17 juicios por jurados que se realizaron ya en Bahía Blanca,  o los 11 que tuvieron lugar en San Martín, en La Plata se hicieron sólo dos. De las cerca de mil causas penales elevadas a juicio en La Plata a lo largo de 2016, en apenas 40 de ellas se solicitó que fueron dirimidas por jurados, lo que representa un 4% contra el 16,4 de La Matanza, el 14 de Tres Arroyos o el 8,3% de San Nicolás. 

Una dura prueba
El sistema de juicios por jurados, como muchos recordarán, fue sancionado por la legislatura bonaerense en septiembre de 2013, aunque hacía tiempo que ya estaba contemplado en la Constitución provincial. De esta forma Buenos Aires se convirtió en la tercera provincia en incorporarlos a su sistema judicial -después de Córdoba y Neuquén-, impulsando así un movimiento que ha venido ganando terreno en todo el país. De hecho, Río Negro plantea incorporarlos el año que viene, Chaco ya aprobó su ley y se espera la sanción de las leyes similares en Mendoza, Entre Ríos, Chubut, La Rioja, Salta y Santa Fe.
A lo largo de estos dos años, los jurados populares bonaerenses han tenido que dirimir casos muy difíciles de violencia de género, violencia institucional, trata de personas, o con pesados trasfondos políticos como el juicio a los sindicalistas de Lomas de Zamora. Para citar algunos ejemplos concretos se podría recordar su intervención en la localidad de Azul, donde el jurado popular absolvió a una joven acusada de matar a su padre porque se probó que éste la golpeaba, abusaba de ella y la había obligado a prostituirse. O bien el doble homicidio transversal juzgado en San Martín, donde los vecinos que componían el jurado hallaron culpable por unanimidad a un hombre que les cortó la cabeza a la madre y a la abuela de su ex pareja sólo para hacerla sufrir.

Balance
De los más de cien casos resueltos ya en nuestra provincia con esta modalidad, “lo más destacable han sido los propios jurados; los jueces ciudadanos. Demostraron una seriedad y un  compromiso fuera de todo pronóstico. Sus veredictos son destacados como modelos de decisiones razonables, equilibradas, y como paradigmas del sentido común de justicia y de equidad”, remarca  Andrés Harfuch desde el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales.
La imparcialidad de los jurados populares también quedó resaltada recientemente en un fallo del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires que confirmó la condena impuesta por uno de ellos a raíz de un homicidio ocurrido en Quilmes. En él, los jueces Carlos Natiello y Mario Kohan convalidaron cada uno de los aspectos que se espera sean discutidos en una revisión: el principio de la duda razonable (vinculado al principio de inocencia), la soberanía del jurado en la determinación de los hechos, el alcance de la revisión en materia de hechos y pruebas, el test del jurado razonable y el test de la valoración independiente, entre otros.
Además de destacar su desempeño, el presidente de la Asociación Argentina de Juicios por Jurados, Héctor Granillo Fernández, celebra la experiencia como “un paso necesario hacia la democratización del sistema judicial”. “Los juicios por jurados no sólo abrieron a los ciudadanos la oportunidad de formar parte de la elevadísima función de administrar justicia sino que son además un valioso espacio educación republicana en un país donde hasta ahora el pueblo no tenía ninguna participación en el sistema judicial. En estos dos años se hicieron ya unos cien juicios en la Provincia y sus veredictos nunca han desatado una manifestación popular como tenemos todos los días con las sentencias de los jueces. Hay una legitimación natural que surge precisamente de lo soberano de la participación popular”, dice.<

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