INSEGURIDAD SIN TREGUA
Brutal asalto con arma blanca en una despensa
Ocurrió ayer, pasadas las 19, en un comercio situado en la calle Sanabria 485, en nuestra ciudad.
Un delincuente, aparentemente menor de edad, encapuchado y muy violento ingresó ayer, pasadas las 19, a robar a la despensa “Celeste”, situada en la calle Sanabria 485, en Junín, y tras amenazar al dueño del local con un cuchillo (con el cual intentó herir al comerciante, a la altura del cuello, en varias oportunidades, afortunadamente, sin éxito) sustrajo la recaudación del día, unos 500 pesos en efectivo, según pudo recabar Democracia en diálogo con el damnificado, de apellido Torales.
La víctima contó que el agresor, “de no más de 16 o 17 años”, irrumpió en el comercio y, sin mediar palabra, intentó cortarlo con el cuchillo. “Por suerte, me corrí para atrás y lo esquivé”, dijo.
Y lamentó, indignado por el dramático hecho que le tocó sufrir en carne propia: “¡Laburé todo el día para estos chorros!”.
Según pudo saber este diario, el delincuente, que sería menor de edad, actuó solo y a pie, sin cómplices, aunque los investigadores no descartaban anoche que un cómplice lo estuviese aguardando en las inmediaciones.
El solitario hampón, que expelía un profundo olor a pegamento (según el relato del propietario del negocio) le exigió “a los gritos” el dinero al comerciante asaltado y así se hizo de unos 500 pesos en efectivo y se dio a la fuga en dirección desconocida.
Los vecinos del lugar reclaman al Municipio la colocación de más luminarias, ya que, según denunciaron, el barrio “de noche es una boca de lobo”.
La víctima contó que el agresor, “de no más de 16 o 17 años”, irrumpió en el comercio y, sin mediar palabra, intentó cortarlo con el cuchillo. “Por suerte, me corrí para atrás y lo esquivé”, dijo.
Y lamentó, indignado por el dramático hecho que le tocó sufrir en carne propia: “¡Laburé todo el día para estos chorros!”.
Según pudo saber este diario, el delincuente, que sería menor de edad, actuó solo y a pie, sin cómplices, aunque los investigadores no descartaban anoche que un cómplice lo estuviese aguardando en las inmediaciones.
El solitario hampón, que expelía un profundo olor a pegamento (según el relato del propietario del negocio) le exigió “a los gritos” el dinero al comerciante asaltado y así se hizo de unos 500 pesos en efectivo y se dio a la fuga en dirección desconocida.
Los vecinos del lugar reclaman al Municipio la colocación de más luminarias, ya que, según denunciaron, el barrio “de noche es una boca de lobo”.