El Tribunal Oral condenó a 18 años de prisión a Ferreyra y absolvió a Fernández

Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 del Departamento Judicial Junín condenaron por unanimidad a cumplir la pena de 17 años y 10 meses de prisión a Jorge Ferreyra, por hallarlo culpable del delito de Homicidio Simple, del que resultara víctima el doctor Arturo Cobas el 16 de marzo de 2011, en Junín.
Dicha pena se unifica con la condena impuesta por el Juzgado Correccional Nº 3 del Departamento Judicial Junín, de 7 meses de prisión, por otra causa menor, Tentativa de hurto, en un hecho ocurrido el 7 de noviembre de 2008, en el que también fuera imputado Ferreyra, por lo cual la Pena Única resuelta ayer por el Tribunal Oral en lo Criminal es de 18 años de prisión (reducida en unos cinco meses).
En lo que respecta al otro encausado por la muerte de Cobas, Gonzalo Fernández, el Tribunal dictó veredicto absolutorio, por lo cual recuperó la libertad inmediatamente. “No se encuentra debidamente comprobada la autoría responsable de Gonzalo Leonel Fernández en los hechos en juzgamiento, así como tampoco su participación primaria en el hecho de otro”, señalaron los jueces respecto a este coimpuntado.

Reacciones

Cabe mencionar que transcurría la última parte de la lectura del fallo de los jueces Esteban Melilli, Miguel Ángel Vilaseca y Karina Piegari, cuando los familiares de Ferreyra (de 27 años de edad y radicado en Los Toldos), estallaron en un griterío y profirieron insultos en la sala, de la que fueron desalojados por la policía que estaba en la misma. Afuera de Tribunales, ellos continuaron manifestando su indignación con los jueces y muy especialmente con el fiscal Ángel Quidiello.
Por otra parte, los familiares y amigos de Gonzalo Fernández, terminada la audiencia también manifestaron su profunda emoción, tras dos años y casi nueve meses de espera, convencidos de la inocencia de quien era señalado como uno de los autores del crimen, y que hoy, tras el fallo del Tribunal Oral, fue absuelto, libre de culpa y cargo. En este punto es preciso aclarar que Fernández llegó a Juicio oral, en libertad, puesto que en su oportunidad la Cámara de Apelaciones y Garantía Departamental ordenó su inmediata libertad por falta de mérito. Pasado el tiempo, la acusación del fiscal Quidiello no logró convencer al Tribunal Oral de lo contrario, y le otorgó la absolución.

Padecimiento del doctor Cobas

Respecto a la muerte del doctor Cobas, la autopsia reveló que el fallecimiento fue consecuencia de un paro cardiorespiratorio traumático secundario a traumatismo cráneo encefálico severo con múltiples fracturas, producto de haber recibido numerosos golpes con un elemento contundente.
Según los jueces, ha quedado debidamente acreditado que “en la ciudad de Junín, el 16 de Marzo de 2011, entre las 4.52 y las 5.35 aproximadamente, una o más personas  ingresaron a la vivienda sita en calle Roque Saenz Peña Nro. 1833, en su intersección con callejón sin nombre, y mediante violencia física redujeron a una persona de sexo masculino que resultaba moradora del lugar, el Dr. Arturo Eduardo Cobas, atándolo de pies y manos con trozos de tela, conduciéndolo hasta la habitación de la vivienda, y utilizando un elemento contundente, le aplicaron al menos tres golpes en la cabeza que le provocaron traumatismo craneoencefálico severo con múltiples fracturas, que provocaron su deceso, tal como se acredita con el informe de la respectiva operación de autopsia de fs. 282/284”.

Dinero tirado al lado del cadáver

Los peritos secuestraron la suma de 1200 pesos, todos en billetes de 100 pesos que se encontraban tirados en el suelo al lado del cadáver, como así también se procedió al secuestro del interior del bolsillo trasero del pantalón de jeans, una billetera de color marrón que posee en su interior la suma de 4 pesos discriminados en dos billetes de dos pesos, una tarjeta de crédito VISA del Banco Galicia, una tarjeta Bapro del Banco Provincia, tarjeta de IOMA del Banco Provincia y papeles varios.
Cuando dieron vuelta el cadáver, quedando este boca hacia arriba, los peritos secuestraron de uno de los bolsillos delanteros del pantalón la suma de 77 pesos, haciendo un total de 1281 pesos en efectivo y un cheque del Banco de la Nación Argentina por el importe de pesos dos mil cuatrocientos veinticinco para ser cobrado con fecha 30 de marzo de 2011.
Además, se secuestró en el lugar del hecho un celular marca Samsung, una notebook, una CPU y un anotador. También encontraron en el patio de la casa de Cobas un perro muerto.
Cabe recordar que el vehículo que poseía la víctima Arturo Cobas, fue hallado en horas de la mañana del mismo día del hecho, en la intersección de las calles General Paz y Magaldi, con señales de haber sido incendiado en su interior.

La colilla de cigarrillo

Según lo que obra en la causa, los jueces consideran que el coimputado Ferreyra no estuvo en la quinta propiedad de Cobas ni el lunes 14, ni el martes 15, anterior a su deceso, pero sí el 16 en horas de la madrugada.
El Tribunal mencionó que el lunes 14 la empleada doméstica Claudia Gorosito, había realizado la limpieza del lugar. Y, que ni ese día, ni el siguiente, el imputado estuvo en ese domicilio, puesto que ninguna de las personas que en esas fechas estuvieron en la vivienda, Aníbal Ezequiel, Lucas Gastón Araya, Gonzalo Fernández y Diego Fernando Pierrad lo vieron en ese sitio.
Destacó que del levantamiento de rastros, la licenciada Elina Francisco al comparecer al debate, refirió haberle llamado la atención que sobre la mesa de televisor que se encontraba en la habitación, a un metro aproximado de donde se encontró el cuerpo de Cobas, se halló una colilla de cigarrillo que había sido apagada sobre la misma mesa, a modo de cenicero. Que, posteriormente tomando una muestra del imputado Ferreyra, la perito realizó el cotejo de ADN correspondiente, con dicha colilla, arrojando resultado positivo para con el mismo. Es decir, este rastro lo inserta en el interior del domicilio de Cobas, el día del hecho.

Declaraciones y el hallazgo de una llave

El Tribunal menciona en su veredicto, las declaraciones de Enzo Emanuel Glenon, que dijo que fue a esperar a Ferreyra a la terminal de omnibus, la tarde del día anterior del crimen. Que este venía de Gral. Viamonte que era su domicilio, y habiendo estado a partir de dicho momento permanentemente con él, hasta altas horas de la madrugada en que utilizando su motocicleta se retiró, para regresar, pasada la hora comentándole que se habían mandado “una cagada”, que había matado “a un puto”, y que el chaleco que le había prestado no se lo iba a poder devolver porque lo había prendido fuego.
El Tribunal señaló que “los hechos indicadores que han sido analizados, poseen significación probatoria respecto al hecho que se tuvo como probado, pues poseen conexión lógica entre sí”.
Asimismo, menciona que de la diligencia llevada a cabo en el domicilio del imputado Ferreyra, en la localidad de General Viamonte, realizada el día 17 de marzo del año 2011, se secuestró sobre la mesa de la cocina, una llave, que es de una de las puertas del domicilio de Cobas.
Señala que ha quedado debidamente probado que Ferreyra visitaba asiduamente la casa de la víctima, con la cual mantenía una relación sentimental.
“La prueba que he analizado, las conclusiones a las que he arribado, no solo me acercan sino que me confirman que Jorge Emmanuel Ferreyra ha participado activamente con su accionar en causar el óbito de quien en vida fuera Arturo Cobas”, manifestó el doctor Vilaseca en su fallo, al cual adhirieron los jueces Piegari y Melilli.
“Por todo lo expuesto, y el material cargoso que ha sido profusamente analizado, entiendo como debidamente acreditada la autoría penalmente responsable del imputado Jorge Emmanuel Ferreyra, por ser ésta la persona que con su accionar, y utilizando un elemento contundente, le aplicara los golpes en la cabeza a la víctima de autos, y que a raíz de los mismos le ocasionara su deceso”, concluyó.