El hecho ocurrió ayer alrededor de las 12.15, cuando uno de los ladrones se hizo pasar por un paciente y tocó el timbre para hacerse una supuesta ecografía en una ONG miembro de la Liga de la Lucha contra el Cáncer (LALCEC), ubicada en Sarmiento 509, de esa localidad del oeste del conurbano.
Según relató esta mañanala presidenta de la comisión directiva de "Lucha Contra El Cáncer (LUCEC) Morón", Mirta Meyer, una vez que pasó a la sala de espera, el hombre "le preguntó a una secretaria dónde estaba la sala de ecografía".
"Cuando le indican, pasa, saca un revólver y amenaza a la chica que hacía los informes", recordó Meyer, y agregó que la médica responsable del ecógrafo intervino y le dijo: "A ella dejala, llevame a mí".
Siempre de acuerdo al relato de la responsable de LUCEC, entre el asaltante y un cómplice que se encontraba en la sala de espera ingresaron progresivamente en todas las dependencias de la ONG y, bajo la amenaza de dispararles, redujeron a unas 40 personas, entre pacientes, empleados y directivos.
"A nosotras nos encerró en el cuarto del mamógrafo", dijo Meyer, quien contó que fue obligada a acostarse en el suelo junto a otras seis o siete personas, a las que los ladrones dejaron encerradas con llave.
La presidenta de LUCEC aseguró que además de "desconectar prolijamente el ecógrafo" y comenzar a llevarlo rodando hacia la puerta de salida, los delincuentes también "robaron los celulares a todos y los iban poniendo en una valijita".
Después de que transcurriera alrededor de media hora desde que comenzó el asalto, los ladrones le ordenaron a dos hombres presentes en el lugar que los ayudaran a llevar el aparato hacia afuera, para luego cargarlo en una camioneta Renault Kangoo estacionada frente a la puerta.
Con el equipo dentro del área de carga, los delincuentes subieron a su vez al vehículo, lo pusieron en marcha y escaparon a gran velocidad.
Luego, los responsables de LUCEC denunciaron lo ocurrido en la comisaría 1ra. de Morón, cuyos efectivos comenzaron un operativo rastrillaje para dar con la camioneta y los ladrones, aunque hasta esta mañana continuaban prófugos.
"Nos cortaron las piernas, fue un golpe muy bajo", dijo Meyer, en referencia a la pérdida del aparato, "de última generación", valuado en unos 90.000 dólares y con el que la institución contaba desde hacía tan sólo un año y medio.
Con respecto a los asaltantes, la mujer dijo que le resultó "muy raro" que contaran con "información muy precisa" y que "sabían lo que iban a buscar".
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