Un chofer de la línea de colectivos 506 fue asesinado de varias puñaladas por la pareja de su amante en Glew, quien había estudiado sus movimientos, conocía el recorrido que hacía y tomó su unidad para consumar el salvaje ataque, tras el cual intentó darse a la fuga, aunque finalmente pudo ser detenido por la Policía.
El crimen tuvo lugar a la altura de la calle Pereyra entre Presa y Rojas, cuando la víctima, identificada como Sebastián Leonardo Figueroa, padre de tres hijos, que había nacido en La Plata hace 43 años, manejaba el interno 101. Pasó el martes por la noche.
En el video que grabó una cámara de la unidad, se ve como el agresor, Calipsto de Jesús Ojeda (57), se acercó al lugar de conducción y le hizo un par de preguntas al conductor, que no reparó quién era.
El homicida llevaba barbijo y una gorra con visera, que le cubrían prácticamente todo el rostro.
En esas circunstancias, con Figueroa atento al tránsito, el asesino aprovechó para sacar un cuchillo y le pegó dos brutales estocadas en la zona del abdomen.
Enseguida, como pudo, el colectivero frenó la marcha y Ojeda saltó del ómnibus con intenciones de fugarse, aunque no lo consiguió.
De manera inmediata, alguien -no trascendió quién- agarró el volante del micro y aceleró rumbo al hospital Cecilia Grierson de Guernica, donde los médicos constataron que Figueroa ya estaba fallecido producto de las puñaladas.
En principio se creyó que se trataba de un intento de robo, pero tras la investigación se supo que la víctima fue amante de la pareja de Ojeda.
“Se certifica que el micro en cuestión posee cámaras de seguridad, donde se observa a Ojeda cometer el hecho, sin previas palabras con el chofer, siendo que de testimonios recepcionados, se determinó que la esposa de Ojeda había mantenido relación amorosa extramatrimonial tiempo atrás con la víctima”, detalló un reporte oficial.
La mujer en discordia, identificada como J.M., de 30 años, reveló en su declaración que el móvil del crimen “fueron los celos”, debido a que ella mantuvo un affaire con la víctima.
El martes, Ojeda cumplió 57 años y, horas antes del asesinato, J.M. le había dedicado por la ocasión un amoroso mensaje en Facebook que, a la vez, revelaba la crisis en la pareja: “Que sea una tormenta pasajera y volvamos a estar más fuertes que nunca”, posteó.
De acuerdo a las redes sociales de la esposa del acusado, estaban juntos desde, al menos, 2016, cuando ella tenía 22 años y él 49.
Las redes, como suele suceder en este tipo de ocasiones, se llenaron de mensajes de despedida, de mucho dolor. La usuaria Telma Romero, que lo conocía por su profesión, posteó: “Siendo expasajera, puedo asegurar que era totalmente amable con todos. Siempre con su seriedad y respeto a cada uno de los que viajamos con él. El `hola`, el `buenos días`, el `buenas tardes`, el `buenas noches`, siempre salían de su boca. Jamás de los jamases vi que alguien tuviese un problema con él porque se haya sobrepasado con alguien, sea mujer o varón. Lamento mucho que siendo tan joven se haya cruzado con un asesino loco. Hoy mi corazón está un poco triste. Uno de mis exchoferes se fue. Dios lo reciba y le dé consuelo a sus hijitos y familia”.
Otra pasajera mencionó: “Mi nene tiene 8 años con autismo y siempre fue una persona muy buena con él, lo trataba re bien y cuando se sentía desbordado, lo contenía y mi nene lo recibía con un abrazo. Le llevaba caramelos, juntaba las mejores hojas de los árboles y se las regalaba al chofer. Ahora quedaremos con los buenos recuerdos de él, una persona muy buena y cálida”.
Ahora la causa quedó en manos de la UFI N° 3, a cargo del doctor Baloira, quien dispuso caratular el caso como “homicidio agravado con alevosía”.
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