“Los nenes vieron todo”, expresó la mujer del joven asesinado en Junín

“Queremos que se haga justicia, que paguen por lo que hicieron.” Así se expresó Evelyn Talma (25), esposa de Pablo Daniel Zapata (27), asesinado de un disparo, el viernes pasado, en Junín, en una entrevista con Democracia.  

Con la voz quebrada por el dolor, conmocionada por el brutal crimen, contó: “Hacía diez años que estábamos juntos, tenemos dos hijos, uno de siete y otro de cinco, y estoy embarazada desde hace cinco meses”.   

“Los nenes vieron todo”, expresó.

 

“Si los dejan sueltos van a seguir haciéndole daño a otras personas”.

“Me dijeron que tengo que ir al área de Psiquiatría del Hospital, pero voy a pagar un particular”, dijo.

Es que los dos atacantes que abrieron fuego, prácticamente a quemarropa, actuaron sin escrúpulos. En efecto, ejecutaron los disparos cuando la víctima circulaba en un auto Fiat Uno, junto a su familia, en la zona de Intendente de la Sota y la colectora, a metros de la Ruta Nacional 7.

“A la justicia y a las autoridades les pido que hagan todo lo posible para encontrarlos, porque si los dejan sueltos van a seguir haciéndole daño a otras personas que no se lo merecen, como le pasó a mi marido”, expresó.

“¡Me dieron! ¡Me dieron!”

“Venía con mi nene de siete adelante, a upa, y el otro venía sentadito atrás. Fue una locura, algo horrible que les tocó vivir”, expresó.

“Cuando explotó el vidrio, por los disparos, agarré y manoteé a los nenes, y los tiré para abajo, para protegerlos”, describió.

“Mi marido dijo ‘¡Me dieron! ¡Me dieron!’, aceleró el auto, hicimos unas diez o doce cuadras y se tuvo que bajar porque no podía respirar. Una vez que bajó del auto se cayó al piso. Yo ya había llamado a mi cuñada, que lo levantó y lo llevó al hospital”.

“Se confundieron de persona”

“Se confundieron de persona. Cuando le disparan, se da cuenta y enseguida dan la vuelta” para darse a la fuga en una moto, relató.

Como anticipó este diario, la principal hipótesis de los investigadores es que los agresores, vinculados a una facción de la barra de Sarmiento, estaban buscando a un conocido personaje del hampa local, apodado “Chucky”, miembro del otro grupo que pelea por la conducción.

“Mi marido se parecía a él (a Chucky)”, señaló Evelyn.

Y agregó que ni siquiera iba a la cancha. “Mi marido jugaba al tejo y viajábamos mucho con esta actividad”, afirmó.

“Era albañil, trabajaba haciendo corrales para pollos, gallinas, estaba haciendo galpones en Saforcada, llegaba a casa y estaba con nosotros, los fines de semana jugaba al tejo”, afirmó.  

Intensa búsqueda

La policía busca intensamente a los dos jóvenes, de 17 y 19 años, que serían los autores materiales del asesinato. Los presuntos homicidas ya están identificados y se efectuaron varios allanamientos para tratar de detenerlos. "Estamos avanzando para confirmar la autoría", manifestó a Democracia la fiscal Fernanda Sánchez.  

El sábado último, entre otros procedimientos, se allanó una vivienda en el barrio San Jorge, donde se incautó un arma calibre 22, aunque el arma homicida -según la autopsia- sería una pistola 9 milímetros.

Feroz balacera

Fuentes con acceso al expediente judicial precisaron a este diario que uno de los disparos impactó en la carrocería del auto, pero el otro hirió a la víctima en la zona del tórax. Malherido, el joven logró maniobrar y recorrer varias cuadras, con la intención de llegar a su casa del barrio Los Almendros.  

Hizo unas 12 cuadras, cuando bajó del vehículo y se desvaneció. Un familiar lo trasladó hasta la guardia del Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Félix Piñeyro”, donde ingresó en estado crítico, con una herida en la región torácica izquierda, según consta en el parte policial, al que tuvo acceso este diario.  

En la mañana del sábado, y pese al esfuerzo de los médicos, el joven baleado falleció y la noticia generó conmoción en sus familiares y allegados, que se encontraban en el nosocomio a la espera de resultados.