Comenzó a principio de esta semana el proceso judicial ante los Tribunales de Pergamino, a la colonense Mafalda Secreto por la muerte de José Luis Arena ocurrida el 30 de mayo de 2019 en Colón. El hecho tiene repercussion nacional.
La mujer fue denunciada por su hermano menor cuando esta le pidió ayuda para deshacerse del cuerpo. Secreto fue detenida y enviada a la unidad Penitenciaria Nº47 y luego de un tiempo fue beneficiada con arresto domiciliario.
En la primera sesión el doctor Ignacio Ithurry representando al Ministerio Público Fiscal pidió que la acusada sea juzgada por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de fuego”. El juez Juan Carlos Burrone, a cargo del Juzgado en lo Criminal Nº1 de Pergamino, deberá determinar la sentencia de Secreto, que no será una más y puede sentar jurisprudencia. La abogada defensora junto a Mafalda Secreto, el lunes, en el jucio que se desarrolla en Pergamino.
Por su parte, María Raquel Hermida Leyenda, representante de la acusada, consideró que “este caso pudo haberse evitado porque Secreto hizo una denuncia por violencia de género por vivir una situación terrible. Sufrió una privación ilegítima de libertad durante seis meses”. Diario Núcleo habló con Rosana Albisini, Rosana Amoy y Valeria Gigena, integrantes de diferentes instituciones que luchan contra la violencia de género. Las tres coincidieron en que el juez debe contemplar que Secreto era víctima de su pareja, por lo que creen que la condena debe ser reducida. También cuestionaron los tiempos de la Justicia y el “patriarcado” que la rodea. “Incorporar la perspectiva de género en el caso”.
La abogada Rosana Albisini, integrante de la Asociación Mujeres Autoconvocadas contra la Violencia de Género de Colón, explicó que la sociedad pide que el caso sea tratado de un modo diferente. Además de eso, la letrada sostuvo que el hecho se debe ajustar al derecho de un modo específico incorporando la perspectiva de género. La coordinadora y fundadora del grupo que tiene más de diez años, pidió apertura para tratar el caso Secreto, no sólo a nivel social sino a nivel judicial. “La violencia contra las mujeres es un tema de salud pública, según lo determinó la Organización Mundial de la Salud. Hay normas a las que deben atenerse en este tipo de juicios”, explicó. Para Albisini, las necesidades jurídicas de las mujeres son diferentes a la de los hombres.
“Durante mucho tiempo el derecho fue interpretado como normas de neutralidad valorativa. Es decir, el derecho visto como neutral, donde todas las personas que forman parte de una sociedad tienen igualdad. Pero estructuralmente las mujeres hemos estado siempre en una situación de subordinación respecto de las posibilidades de los varones, casi en su totalidad”, advirtió. “Cuando se aborda una situación en la que hay una mujer víctima de violencia género debe partir del entendimiento y comprender que venimos de una subordinación histórica. Lo que significa que la perspectiva de género debe estar presente, porque es un tratamiento diferencial que se debe entender como una cuestión estructural. Es una obligación de quienes juzgan estos hechos”.
Es por eso que para Albisini, el abordaje para entender el caso es diferente cuando hay asesinato como este, cuando se ha incorporado el femicidio en la legislación. “Se debe tener en cuenta que Secreto era víctima de violencia de género y tienen la obligación de hacerlo. Hay material donde se determinan estrategias específicas para la defensa y también para la fiscalía. Debe estar incorporada la perspectiva de género, aun en la acusación de un delito”, aseveró. Como se explicara, para la abogada es importante entender el caso desde lo jurídico, pero también desde el aspecto social, de donde se debe comprender que “el tratamiento diferencial del caso debe estar presente”, porque “se parte de una situación de desigualdad histórica”.
“A veces las mujeres somos las más crueles a la hora de juzgar, porque también somos víctimas de nuestra propia subordinación. Como sociedad hay que entender las diferencias de tratamiento que hemos sufrido las mujeres a lo largo del tiempo, del cual no está ajeno el sistema judicial”, remarcó Albisini. Para finalizar, la profesional dejó en claro que “muchas veces las mujeres no pueden pedir ayuda”, lo cual hace que terminen reaccionando “como pueden y cuando pueden”. Además, aconsejó estar atentos a diversos casos de violencia que sufren las mujeres en la sociedad en cuestiones cotidianas.
“La Justicia debe tener más en cuenta a las mujeres” Quien dio su parecer, también fue Rosana Amoy, perteneciente al movimiento social Somos, donde está a cargo del área de feminismo popular (Marea), la cual se dedica a abordar la problemática de violencia de género, trabajando en conjunto con la Dirección y la Comisaría de la Mujer, realizando seguimientos de los casos que llegan a la institución. Amoy contó que el juicio a Secreto la tocó muy de cerca por vivir situaciones similares.
Para la integrante del grupo Compartir feminista, “el juez debería contemplar que Mafalda era víctima de violencia de género”. De todos modos, no justificó ningún hecho de violencia, pero entiende que muchas veces la víctima no tiene a dónde recurrir a pedir ayuda por el gran sometimiento que padecen. “Hay que estar en el cuerpo y en la mente de esa persona para saber lo que sufre y puede llegar a hacer”, dijo. “Considero que el Juez y el fiscal tienen que tener en cuenta lo que esta mujer vivió durante tantos años. Cuando den la sentencia, les pido que se pongan en la piel y en los zapatos de ella. No es fácil pasar por lo que le tocó; es muy difícil reponerse psicológicamente más allá del tiempo que pase”. Seguidamente remarcó que no está de acuerdo en quitarle la vida a una persona, pero sí en que la Justicia contemple el caso.
“Se debe tener más en cuanta a las mujeres, muchas veces el proceso es muy lento y tardan tiempo en decidir el destino de las personas, las cuales están en manos de gente que no les importa la vida de los demás”, cuestionó. También explicó que las víctimas de violencia no pueden pedir ayuda y, cuando pueden, a veces, el sistema falla sin poder activarse las herramientas que tiene el Estado. “Muchas veces se denuncia y se vuelve al hogar pensando que la persona va a cambiar. Hay cuestiones que se deben tener en cuenta mucho más, como contemplar un lugares donde las víctimas puedan vivir. Hay que ver qué piensa y siente la víctima, que muchas veces está sometida a una violencia económica, sin tender dónde ir a vivir con sus hijos”, sintetizó.
“El causal determinante fue la violencia de género” Valeria Gigena forma parte de la Asociación Civil Nueva Vida de Pergamino, y también abordan temas de violencia contra la mujer desde hace 22 años. En los años que lleva en la ONG, Gigena no recuerda un caso con estas características.
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