La institución argentina sobre Ana Frank, la joven escritora y víctima del régimen nazi, informó que la estatua que la homenajeaba fue robada anoche. Esta escultura estaba ubicada en la Plaza Reina de Holanda, en el Dique 3 de Puerto Madero.
Se trataba de una réplica de la original, creada por la artista holandesa Jett Schepp, la cual está exhibida en la plaza de Merwedeplein, ubicada en la capital de los Países Bajos. Además, es una de las dos únicas copias que existen en el mundo.
Esta escultura había sido colocada en Buenos Aires el 10 de diciembre de 2014, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, y había partido de la iniciativa de la Embajada de los Países Bajos y el Gobierno de la Ciudad de Amsterdam.
En el acto de colocación habían participado el Ministro de Educación, Alberto Sileoni, los embajadores de Holanda y Bélgica, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y decenas de estudiantes de distintas escuelas de Capital Federal. También viajaron especialmente desde Holanda la artista Jet Schepp y el Rabino Awraham Soetendorp, sobreviviente del Holocausto.
Se trata de una pieza muy importante para la historia. Al respecto, el Director del Centro Ana Frank, Hector Shalom, expresó que “en momentos tan sensibles del mundo, este acto vandálico roba un símbolo y un emblema del pensamiento humanista que representa a las víctimas del Holocauso, y también lastima el legado de una adolescente”.
“El evento nos llena de dolor y tristeza, pero a la vez, para quienes formamos parte del Centro Ana Frank es también una señal de lo que está ocurriendo, y nos da más fuerza para seguir trabajando por la igualdad de derechos y la memoria”, añadió.
Según las imágenes compartidas por el consulado neerlandés, en el lugar sólo quedó la base del monumento, fabricada en mármol. De momento, el paradero de la estatua todavía es incierto.
El Centro Ana Frank abrió sus puertas en 2009 con el objetivo de mantener en la memoria a la niña alemana con ascendencia judía, conocida por “El Diario de Ana Frank”, edición literaria de su diario íntimo en el que dejó detallados registros de los años en los que se ocultó con su familia y más personas de los nazis.
Se trata de la víctima más conocida del genocidio más emblemático en la historia de la humanidad. A su vez, la institución busca generar conciencia sobre los delitos de lesa humanidad, violencia y discriminación en la actualidad.
Este edificio fue declarado sitio de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
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