En la tarde de este martes, personal de la Sub DDI de Lincoln tomó conocimiento de que, vecinos de esta localidad habían recibido llamados telefónicos donde una persona se hacía pasar por un familiar o allegado del titular de la línea telefónica.
El estafador explicaba que a raíz de la situación actual del país, el dinero perdería su valor monetario y, por este motivo, se haría presente en el domicilio un contador de la entidad a retirar el dinero físico para luego ser depositado.
Un efectivo de la Sub DDI de Lincoln logró la comunicación de manera discreta, con una de las personas que se encontraba en el llamado y, al ver la posibilidad de concretar una de estas transacciones, se montó un operativo encubierto con expresas directivas de la Ayudantía Fiscal de Lincoln.
Con el objetivo de lograr la aprehensión de estas personas, en inmediaciones de las calles Fortín Chiquilo y 25 de Mayo, cerca del domicilio al que se habían comunicado los estafadores, personal de la Sub DDI y del gabinete técnico operativo de la dependencia local, en conjunto con el centro de monitoreo y personal de la dirección de tránsito de la municipalidad de Lincoln, se realizó un minucioso y preciso trabajo encubierto donde se logró la aprehensión de dos hombres mayores de edad.
Además, se logró el secuestro de un vehículo en el que se movilizaban ambas personas detenidas y teléfonos celulares utilizados para las llamadas. En el día de mañana los detenidos serán trasladados a la Sede Judicial.
Cómo operan las bandas
Según hechos que vienen ocurriendo en Junín y la Región, las víctimas reciben llamados al teléfono fijo de parte de personas que, simulando estar resfriadas o con algún problema en el sonido del teléfono para que se confunda su voz, refieren ser hijos, sobrinos o familiares que cuentan con una “información bancaria importante”.
Esa supuesta información exclusiva y urgente suele ser que los billetes que actualmente circulan deben ser cambiados por unos nuevos, por algún tipo de disposición del Banco o del Estado; que se está por decretar una devaluación u otra medida económica grave y que hay que comprar (o vender) los dólares en forma urgente; que hay que llevar los billetes al banco, por cualquier otro motivo, para cambiarlos por otros billetes o por otra moneda; o excusas similares.
Esa información es el principio de la estafa, luego el delincuente le dice a la víctima que irá a su domicilio el contador, algún empleado del banco de confianza o un amigo para retirar el dinero, y que le entregue los billetes a esa persona. Para generar más confianza le pasa el nombre completo, un celular, el auto que maneja y hasta una palabra “clave” para que se la diga al llegar.
Terminada la comunicación entre la víctima y el estafador, se presenta la persona, se hace la entrega de dinero y se concreta la estafa.
En algunos casos, el estafador hasta le dice a las víctimas con mucha precisión qué sumas de dinero tiene, en qué lugares está, si tiene pesos o dólares. También, tras revisar redes sociales, suele hacer referencia a nombres de familiares, o a circunstancias de la vida como viajes o cumpleaños.
Si bien en pandemia los “cuento del tío” habían sido en clave informática, de estafas en cajeros automáticos, ahora volvieron estos fraudes “presenciales”.
Por ejemplo, también se han reportado secuestros virtuales en los que el delincuente afirma tener cautivo a un familiar y recibe el pago por el falso rescate.
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