“Mami, te estoy haciendo esta carta porque me están pasando cosas horribles. No paro de temblar y no puedo respirar. Te juro que nunca odié tanto a estas personas. Mamá, por favor tenés que hacer algo. Ma, siento que me voy a morir”. Escrita sobre una hoja de carpeta en letra desprolija y con tachaduras que reflejan su desesperación, la carta pertenece a una nena de 12 años cuyo pedido de ayuda por una situación de acoso escolar conmueve por estas horas a todo el país.
La historia, que comenzó a circular por redes sociales y saltó a los principales medios nacionales, es la de una alumna de sexto grado del colegio Manuel Belgrano de Villa Carlos Paz, Córdoba, quien desde principio de año sufre un constante asedio de sus compañeros sin encontrar respuesta por parte de las autoridades escolares, según denunció su mamá.
“A mi hija le dejan mensajes intimidantes en distintas partes de la escuela, la insultan en forma permanente, se burlan de ella cuando presenta un trabajo en clase, la dejan afuera de las actividades escolares y extraescolares. No le permitieron ir a un campamento que organizó todo el grupo por dos nenes que ejercen bullying sobre ella, junto a un grupo, logrando el silencio y el consentimiento del resto”, relató la mujer, quien pidió mantener en reserva su identidad y la de su hija para resguardarla de un daño mayor.
La situación sufrida por la nena, según denunció su madre, comenzó a principios de este año y se fue agravando cada vez más. A poco de haberse restituido la presencialidad escolar, el hecho de asistir a clases empezó a volverse para ella una pesadilla. “A ella le cuesta sociabilizar, es muy introvertida. Y sobre todo después de atravesar más de un año en pandemia. Al principio no pasaba nada, se bancaba las cargadas pero después empezó a somatizar su dolor. Cada vez que tenía que ir al colegio sufría dolores de cabeza, vómitos, fiebre”.
La recurrencia de esos malestares fue la señal de alarma de que la situación estaba fuera de control. “Los primeros síntomas fueron cuando no quiso ir más a la escuela. Empecé a sospechar que algo raro estaba pasando. Cada vez que tenía que ir al colegio tenía vómitos, fiebre y dolor de cabeza. La llevamos al médico pero ella estaba bien en lo físico”, relató la madre, quien cuenta que a consecuencia del acoso escolar su hija sufre ataques de pánico y le ha confesado que no quiere vivir así.
INFORMACIÓN De acuerdo con el relato de la madre, tanto la maestra de su hija como la directora de la institución poseen toda la información sobre el acoso que sufre por parte de dos compañeros en particular; y si bien las autoridades del establecimiento le dijeron que iban a hacer un acta, “luego resolvieron que quizás era mejor no llamar a los padres de estos nenes porque iba a ser peor”.
Uno de los argumentos de la directora era que “no se puede poner de un lado o del otro” ya que a ella “le llegan diferentes versiones de los padres”, dijo la mujer, quien contó que si bien ha recibido el apoyo de algunos padres del colegio la actitud de éstos en general es de desinterés.
Según la mujer, el problema surgió cuando ella tuvo diferencias con las mamás de los niños que acosan a su hija y decidió difundir el caso cuando “el acoso pasó a ser consensuado por los directivos de la escuela”, quienes “accedieron al pedido de los padres” de esos niños para que la nena no concurriera a un campamento escolar.
Estadísticas de la organización Bullying Sin Fronteras indican que el acoso escolar viene creciendo durante los últimos años en las aulas de colegios primarios y secundarios, públicos y privados, de todo el país. Al declararse en 2020 el cese de la presencialidad escolar por la pandemia de Covid, el fenómeno marcaba ya un aumento del 30% con respecto al año anterior.
Casi la mitad de los casos se produjeron en escuelas de los grandes centros urbanos: provincia de Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y Mendoza”, señalan desde esa organización civil.
El bullying causa unas 200 muertes en forma directa cada año en América latina y España, ya sea por suicidios u homicidios, aseguran desde Bullying Sin Fronteras, donde piden “no mirar para otro lado” cuando se advierte una situación acoso escolar
Según la Unesco, al menos 246 millones de niños y niñas sufren violencia escolar cada año a nivel mundial, una problemática que “enferma a miles de estudiantes que en general abandonan sus estudios o los sobrellevan con enorme angustia y estrés”.
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