En la noche del martes, la división Trata de Personas de la Policía Federal llegó a un domicilio en la calle Bouchard, en Gerli, para arrestar a una pareja por órdenes de la fiscal Soledad Garibaldi. La acusación era bestial: ambos habrían abusado de una menor de 12 años, hija de una hermana fallecida de la mujer.
Luego, a esa nena la prostituían: la ofrecían a clientes abusadores a través de WhatsApp y redes sociales. Fue una persona que conocía la situación de cerca quien rompió el silencio y realizó una denuncia el jueves pasado en la Comisaría de la Mujer de Lanús. El material que aportó fue espeluznante: fotos y videos que mostraban a la menor mientras era explotada sexualmente, violada y torturada, al menos un pendrive completo con material de diversas sesiones. Hay, al menos, 50 fotos en la causa que investiga la UFI N°8 de Lanús, especializada en delitos sexuales e informáticos, a cargo de Garibaldi. La víctima, según investigadores, tendría un retraso madurativo.
Así, la casa fue allanada por la PFA. La nena fue rescatada junto a su hermana y otros cuatro chicos, todos hijos de la imputada de una relación previa, ninguno del acusado. “Nos violaron, ¡nos violaron!”, gritaron los chicos, hoy resguardados en un refugio a cargo de la Dirección de Niñez de la Municipalidad de Lanús.
“¿De verdad sos vos?”, le preguntó una amiga y vecina a M.O semanas atrás en el chat privado de Facebook. La había encontrado al entrar en un grupo swinger en la red social, un grupo para “encuentros casuales” en la zona sur del Conurbano. M.O, en un posteo en ese grupo, ofrecía sexo por dinero, encuentros en hoteles o domicilios, pedía por “un hombre que no dé vueltas”.
“No es mucho pero todo suma”, le reconoció M.O a su amiga: “Por favor, no le digas a nadie”.
M.O, de 36 años, rosarina, se había mudado años atrás a la casa que ocupaba en Gerli junto a su pareja, E.H, rosarino también. Vivía con cinco chicos: cuatro de ellos, de entre 9 y 4 años, eran suyos, de una relación anterior. La mayor, de doce años, era hija de su hermana, muerta tres años atrás. M.O la cuidaba. Vivían todos juntos en esa pequeña casa que alquilaban, frente de ladrillo precario, apenas dos ambientes. M.O cobraba planes sociales, vendía chucherías cirujeadas en ferias americanas, juguetes viejos, ropa, lo que fuera. La ropa de los chicos se apilaba en cajas y muebles desvencijados, entre conexiones eléctricas precarias. La pareja de M.O no tenía un trabajo en blanco hace cinco años. Dormían en un colchón viejo, bajo un crucifijo.
M.O (La acusada de violación). La foto con la que la mujer promocionaba sus servicios sexuales había sido tomada en esa misma casa. No solo ofrecía sexo en hoteles y domicilios: también ofrecía sexo en esa casa donde vivía con sus hijos.
La arrestaron anoche por orden de la UFI N°8 de Lanús con una investigación de la fiscal Soledad Garibaldi, con una redada de la división Trata de Personas de la Policía Federal. No se la llevaron detenida por ejercer la prostitución. Se llevaron a su pareja también. Los menores en la casa fueron puestos a resguardo por la Dirección de Niñez del municipio. La mayor, la hija de la hermana muerta de M.O, por la cual la pareja de su tía expresaba un particular apego en sus redes sociales, que el año pasado terminó su curso de sexto grado en una escuela pública de la zona, era el principal foco de preocupación.
“Violador”, escribieron los vecinos con aerosol en el ladrillo del frente. Intentaron lincharlos a golpes cuando la PFA los retiró para subirlos a un móvil y llevarlos a una celda en Villa Lugano.
La Justicia los acusa no solo de abusar de esa nena de 12 años, sino también de prostituirla en esa misma casa, de ofrecerla a hombres por Facebook y WhatsApp. Un hombre de la zona que se enteró de casualidad de la situación los denunció el jueves pasado en la Comisaría de la Mujer de Lanús. Aportó un pendrive con fotos y videos donde la menor es abusada en distintas sesiones.
Hay al menos 50 fotos explícitas en el expediente. Las imágenes muestran que su tía y su pareja abusan de ella también. Entre las imágenes hay un tarifario, una lista de precios. Ofrecían packs de fotos y videos. También pedían menos de mil pesos por violar a la menor.
La fiscalía sospecha que hubo, al menos, 40 posibles clientes violadores. Otros investigadores en la causa creen que M.O también podría haber incluido la oferta de la menor a su cargo con la suya entre sus contactos de Facebook.
Así, la fiscal Garibaldi enfrenta un expediente que podría convertirse en uno de los casos de prostitución de menores más aberrantes de la historia reciente. La hipótesis, a priori, se alinea con otros casos similares en los últimos años en la provincia de Buenos Aires y otras provincias del país. Los proxenetas de chicos que captan menores para explotarlas en piezas sucias de pensiones y hoteles son una rareza. En la Argentina, los cafishos de chicos suelen ser sus padres, sus padrastros, sus guardianes.
La fiscal Garibaldi tiene enfrente una tarea larga. Psicólogos especializados deberán determinar la capacidad o condiciones de los menores rescatados en la casa para declarar en cámara Gesell. No solo le interesa el testimonio de la nena de 12 años, sino también el de sus primos.
También espera indagar a los acusados. M.O usaba dos teléfonos, que fueron incautados y podrán ser peritados. “Allí puede estar todo”, asegura una alta fuente del expediente.
Por lo pronto, Facebook revela algo inquietante. La menor de doce años tiene su propio perfil, como lo tendría cualquier chico. Hay fotos familiares, o de su egreso de la primaria, pero son una minoría. Tampoco es un Facebook secreto. E.H, el novio de su tía, es uno de sus amigos agregados. Principalmente, se ven fotos suyas posando en bikini o en lencería en la cocina de la casa allanada. Varios usuarios le comentan con stickers de corazones, le piden chatear: casi todos son hombres adultos.
Mientras tanto hay, entre las fotos que el denunciante entregó a la Policía Bonaerense, un tercer sospechoso, un abusador cuyo nombre todavía se desconoce.
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