Femicidio de Rosa Inés Fernández
Sandro González, al momento de ser detenido por la policía.
EL ESCENARIO

Radiografía de un femicidio: justicia por Rosa

Sandro González (40), el asesino y exmarido de Rosa Inés Fernández contaba con un frondoso prontuario.

Un nuevo femicidio conmociona a Junín. El móvil es el odio y la violencia de género contenida, que estalló y se cobró la vida de otra mujer, en este caso la de Rosa Inés Fernández, de 29 años, madre de cuatro hijos, que apareció enterrada en una obra en construcción después de haber sido asesinada por su exmarido.

Detrás de estos estallidos de violencia contra las mujeres, que ven la luz en los medios masivos de comunicación, subyace una violencia menos espectacular, cotidiana, que suele ser desapercibida por las distintas agencias y estamentos gubernamentales, pero que no por eso es menos gravitante, ya que, al disminuir y cosificar a la mujer, engendra episodios de violencia, que muchas veces terminan en femicidio.

Sandro González (40), el acusado de asesinar a Rosa, contaba con un frondoso prontuario. Según pudo averiguar Democracia está acusado de violar a su hija cuando ésta tenía 13 años.

Fuentes con acceso al expediente judicial confiaron que ayer el femicida fue reconocido por la víctima de la violación en cámara gesell, por lo que también quedó detenido –además del femicidio- por este hecho aberrante.

Pesaba sobre González, además, un procesamiento por golpear brutalmente a su hijo cuando éste tenía apenas cinco años.

En los últimos años se registró un alarmante crecimiento en las estadísticas respecto de los homicidios de mujeres a manos de sus actuales o ex parejas. Solo en los primeros seis meses de este año, la Argentina registró 140 femicidios. Las asociaciones feministas vienen alertando que en nuestro país una mujer es asesinada cada 29 horas.

La problemática de la violencia de género nos atraviesa como sociedad, nos interpela, nos humilla en lo más hondo de nuestra humanidad. Por eso es necesario el compromiso de toda la sociedad, sin distinciones, para erradicar las enormes desigualdades que aún persisten y son caldo de cultivo de conductas violentas y femicidios. El reclamo de justicia está más vigente que nunca.

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