Una jubilada juninense vivió horas de pánico y tensión, ayer a la madrugada, cuando dos delincuentes ingresaron a su vivienda, situada en Intendente Borchex 466, en el barrio Prado Español, y tras maniatarla y amenazarla con una picana, le sustrajeron 3 mil dólares y una tablet.
El robo ocurrió alrededor de las 4, cuando todo el barrio estaba en silencio y la mujer dormía. Pero un estruendo quebró la calma dentro del domicilio de la víctima, identificada como María Isabel Andriola, de 73 años. El fuerte ruido provino –según iba a constatar más tarde- de la rotura de una reja y la puerta trasera de la casa.
Rápidamente el malhechor, que ya había logrado ingresar, le abrió la puerta de adelante a su cómplice y ambos redujeron y maniataron a la jubilada, a quien amenazaron con una picana. Tras inmovilizarla, la dejaron encerrada en el dormitorio.
Con el control absoluto de la situación, los cacos revolvieron todos los ambientes en búsqueda de elementos de valor.
“¿Dónde está el dinero?”
“Decinos dónde está el dinero”, lanzaron los malhechores a la mujer, no bien se dieron cuenta de que sus esfuerzos no daban los resultados esperados.
De esta manera, la trasladaron a otra habitación, donde la abuela les dijo que tenía los ahorros, pero en esta oportunidad, le ataron los pies.
Mientras la víctima, que se encontraba sentada e inmovilizada, les hablaba y les daba indicaciones, los ladrones lograron dar con los ahorros: 3 mil dólares (240 mil pesos).
Pero la pesadilla no terminó ahí. “Ahora decinos dónde están las alhajas”, le espetaron a la damnificada, quien les explicó que “no tenía nada de eso”.
Tras unos momentos de temor y tensión, y una vez concluido el hecho, huyeron por la puerta trasera, que da al patio, con rumbo a los techos del vecindario.
“Temí por mi vida”
“Temí por mi vida. No tenían armas, pero en una casa pueden agarrar cualquier cosa, como un cuchillo”, expresó Andriola a Democracia, que es jubilada y tesorera de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) de Junín.
“Ellos se pensaron que yo no estaba en mi casa, porque me habían invitado a la Laguna, y me volví temprano. Eran chicos jóvenes”, relató.
Cuatro horas de encierro y angustia
Tras la huida de los hampones, la mujer permaneció cuatro horas encerrada, hasta que pudo ser socorrida por una vecina.
“Como se llevaron la tablet, me conecté con una computadora de escritorio más vieja. Mandé emails a todos los que pude y mensajes por privado para que llamen a mi hija. A las 8 llegó una vecina que comenzó a tocar timbre”, contó.
Ya cerca de las 8, habiendo sido liberada por sus familiares, sentada en el banco de la vereda de su casa, la mujer, que estaba muy conmocionada, en estado de shock nervioso por las dramáticas horas que padeció, fue atendida por el personal de la empresa de emergencias médicas Intermed y afortunadamente no fue necesario el traslado al Hospital porque pudo reponerse.
Al cierre de esta edición, efectivos de las distintas fuerzas de seguridad habían montado un operativo cerrojo y una investigación para dar con los malhechores y tomaban testimonios a los vecinos.
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