Este miércoles con la sexta jornada se completó la segunda semana en el juicio por la muerte de los siete jóvenes en los calabozos de la Comisaría Primera de Pergamino, hecho ocurrido el 2 de marzo de 2017.
Sin ningún lugar a dudas fue una audiencia sumamente importante en el desarrollo de los testimonios y pruebas, día que para muchos fue denominado cómo el día “D”, teniendo en cuenta que fue hasta el momento donde se pudieron escuchar detalles puntuales sobre lo ocurrido.
Una serie de testigos, entre ellos algunos sobrevivientes, aportaron a los jueces, que deberán determinar la culpabilidad o no de los seis ex policías acusados (Alberto Donza, Sergio Rodas, Brian Carrizo, Matías Giulietti, Carolina Guevara y Alexis Eva), una cantidad destacada de pormenores que rodearon aquella tarde-noche del verano.
Pelea y tragedia
Las palabras de un joven, que se encuentra en libertad, luego de varios ingresos a la Comisaría, manifestó haber estado aquel día y al igual que su familia agradece a Dios haber sido uno de los doce sobrevivientes en la tragedia.
Suelto de palabras y conociendo perfectamente los movimientos en el ámbito carcelario, el sujeto de aproximadamente 30 años comenzó a contar su versión de los hechos. Luego de una serie de preguntas de parte del fiscal Nelson Mastorchio y los abogados de las familias de las víctimas dijo que todo parecía normal en una tarde de verano hasta que se originó una pelea con facas (cuchillos tumberos) entre Juan Carlos “Noni” Cabrera y Alán Córdoba que terminó con ambos chicos heridos.
Al percibir ese altercado, los oficiales de servicios decidieron encerrar a los 19 chicos antes de la hora habitual y fue minutos después cuando se inició una protesta verbal primero para volver al patio interno y posteriormente desde la celda 1 arrojaron un pedazo pequeño de goma espuma encendida como para llamar aún más la atención.
Continuando con la reconstrucción de lo sucedido, este joven indicó ante los jueces del Tribunal Oral Criminal que como no los querían dejar salir nuevamente al patio desde la celda 1 comenzaron a incendiar parte de los colchones, aunque algunos de los chicos entre ellos Filiberto decía que no era necesario y además señaló que los policías nunca quisieron escuchar el reclamo y la situación se fue complicando porque el fuego era cada vez más intenso.
“La oficial Guevara fue a la única que vi y le dije que llame a los Bomberos y que abriera la celda. Me respondió que ya había llamado, pero nunca llegaron a tiempo y tampoco sacaron a los chicos de las llamas”, dijo el joven que además indicó “esto se podría haber evitado fácilmente”.
Según contó este joven, los minutos fueron pasando (cerca de media hora) y en todos los calabozos se podía percibir humo negro espeso y las llamas que se habían apoderado de la celda 1. También contó que escuchó los gritos de los chicos pidiendo auxilio hasta que explotó el televisor y se cortó la luz. Luego llegó el momento del rescate y enterarse que siete jóvenes, todos de la misma celda estaban muertos.
Otro de los testigos, detenido en el Servicio Penitenciario de Junín, manifestó no poder declarar por haber sido amenazado de muerte, tanto él como su familia. Además, otros dos sujetos adujeron que no podían testimoniar por estar en crisis nerviosa y de angustia.
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