Hugo Martínez, atento en el juicio, perdió a toda su familia.
COMENZÓ EL JUICIO ORAL POR LA MUERTE DE LA MUJER EMBARAZADA Y SU PEQUEÑA HIJA

"Teníamos el cuarto de la beba armado", expresó Hugo Martínez

Valeria Moravito y Clara Martínez fallecieron el 2 de septiembre de 2016 tras ser embestidas por un conductor presuntamente alcoholizado. Declararon los testigos del siniestro y aseguraron que el imputado intentó darse a la fuga. El relato desgarrador del padre.

En la mañana de ayer arrancó el juicio en el Tribunal Oral Criminal 1 de Junín, a cargo de Karina Piegari, Esteban Melilli y Jorge Luna, por la muerte de Valeria Moravito -embarazada de siete meses- y su hija Clara, de dos años, en un siniestro vial, el 2 de septiembre de 2016.
El hecho ocurrió hace casi tres años, cerca de las 20, cuando el conductor que circulaba en sentido opuesto, presuntamente alcoholizado, Abel Lucero, embistió con su camioneta F100 al auto Peugeot 207, en el que circulaban la mujer y su hija, quienes regresaban a su casa, ubicada en la localidad de Arribeños, desde General Arenales.
“Mi vida era todo felicidad con Valeria y mi hija, con quien siempre íbamos cantando cuando la llevaba al jardín. El día del siniestro almorzamos juntos para disfrutar, y a las 15 se fueron hacia Arenales a visitar a su hermana. Era una Ruta que mi mujer conocía bien porque la transitaba todos los días”, declaró con lágrimas, Hugo Martínez, esposo y padre de las víctimas.
 


“A las 19,15, me envió un mensaje que estaba por volver a Arribeños, pero primero iba a pasar por un negocio a comprar una camisa que yo necesitaba para una celebración. Me entré a bañar y a las 20 me llama su hermana diciendo que habían sonado las sirenas de los bomberos y le dije que se quedara tranquila”, recordó.
“En ese momento llamé al teléfono de Valeria y un policía lo atendió y escuché que había habido un accidente, que cortaron la ruta y que había fallecidos. En ese momento nunca pensé que era ella. Llamé a un amigo para que me lleve al lugar y ahí me di cuenta de todo”, expresó con dolor.
“Yo le pedía que saquen a la bebe de 2 años y me decían que tenían que esperar a los peritos. No se lo deseo a nadie. En estos tres años no me puedo levantar, y cuando lo hago me pregunto ‘para qué te levantás si te robaron todo’”, apuntó.
“La bebé en camino se iba a llamar Inés y ya teníamos la pieza preparada. No se puede explicar lo que yo siento en estos días. A los siete meses, falleció mi madre de un paro cardíaco: no resistió verme sin ganas de vivir, no lo soportó”, admitió.
“Estoy convencido de que la tragedia podría haberse evitado. Tenemos que pensar que la vida del otro vale y a mí me llevaron tres vidas. Actuemos con respeto y pensando en el prójimo. Muchas veces me pregunto por qué sigo parado. A los que tienen hijos les pregunto cómo hacen para estar media hora sin ellos y yo hace tres años que no los tengo”, subrayó.
La fiscal de la causa es la Dra. Vanina Lisazo, a cargo de la UFIyJ 2, mientras que el abogado defensor es el Dr. Darío De Ciervo.

“Intentó huir del lugar”
Luego fue el turno de los testigos, automovilistas, que presenciaron la escena, quienes declararon que, el conductor, Abel Lucero, intentó darse a la fuga argumentando que "se encontraba trabajando y no tenía nada que ver con lo sucedido".
El imputado por “Homicidio simple con dolo eventual”, según los testigos, había participado de una cena en la localidad de Arribeños con compañeros de trabajo.
“Salía del campo hacia Arenales, me sobrepasó un auto que se tira a la banquina y luego veo a los accidentados. Descendí, había silencio, y vi al hombre de la camioneta haciendo para atrás y adelante a unos 15 metros de la ruta, ya que estaba encajado cerca del alambrado”, afirmó Alejandro Carusso.
“Me pidió ayuda para sacar su vehículo porque tenía que ir a trabajar y me preguntó qué hacía el Peugeot 207 volcado. Fue muy confuso porque su camioneta estaba en marcha y el auto destrozado. Estaba muy oscuro, pero la trompa de esa utilitaria estaba marcada, pero él insistia en que no tenía nada que ver”, agregó. “’Yo estoy medio shokeado, pero no tengo nada que ver’, me repitió”, confirmó.
“Sacame de acá”, le dijo Lucero a Ricardo Giles, otro conductor que detuvo su marcha en el lugar del hecho. 
“Le apagué la camioneta y le dije que no podía irse. Le trabé la puerta hasta que llegó la policía y decía que estaba trabajando. Tenía roto el guardabarro y la trompa. Era una camioneta del ferrocarril con las ruedas para acoplarse a las vías. Había olor etílico cuando le hablaba dentro del habitáculo y tenía sangre en el rostro”, dijo.

“Se tiró a pasar y lo esquivé”
El 2 de septiembre de 2016, Valeria y su hija Clara viajaban desde Arenales hacia Arribeños cuando fueron embestidas de manera frontal por una camioneta F-100 conducida por un hombre de 53 años, Abel Lucero, oriundo de Junín. 
“Volvía desde Junín hacia Teodelina. En la rotonda de Arenales quedó el Peugeot 207 bordó adelante mío y los sobrepasé. De frente, luego veo que viene un automóvil y la F100 que se tiró a pasar. En ese momento volantee hacia la banquina y la luz del auto de atrás, que podía ver con el espejo retrovisor a unos mil metros, desapareció”, dijo Juan Alberto López.
“Me pudo tocar a mí y me llamó la atención cómo apareció de repente. Nunca pensé lo que había sucedido, ya que no vi nada y seguí camino. El horario sería entre las 20.15 y 20.30, era de noche cuando la camioneta invadió el carril mío”, afirmó.

Planimetría
“La subteniente de Policía Científica, Romina Mansilla, sobre la planimetría, explicó: “Las huellas de la camioneta, que miraba hacia Arribeños, hasta la tranquera tenían una longitud de 13 metros. El auto, que quedó orientado hacia Arenales tenía una huella de 8 metros de longitud hasta la Ruta”.
Hoy por la mañana, continuarán las audiencias en el piso 4 de los Tribunales de Junín.