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El Tribunal Oral 1: Héctor Barbera, Jorge Cóppola y Claudia Dana.
ENCONTRADO CULPABLE

Condenan a un hombre a 12 años de prisión por abusar a su hija

El fallo lo dictó el Tribunal Oral 1 de Junín donde se llevó a cabo el juicio oral y público. Los hechos ocurrieron desde el año 1995 cuando la víctima era menor de edad: tenía 15 años.

Los abusos sexuales comenzaron en 1995 y este lunes lo condenaron a 12 años de prisión. Se trata de un hombre que fue encontrado culpable de abusar a su hija en reiteradas ocasiones cuando era menor de edad: tenía 15 años.
Tras años de lucha y denuncias, se logró abrir una investigación a cargo de la fiscal, Dra. Vanina Lisazo y llevar al imputado a un juicio oral y público.
Luego de las audiencias, el primer día de esta semana el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Junín, integrado por los jueces Jorge Cóppola, Claudia Dana y Héctor Barbera, dictó el veredicto condenatorio para con el progenitor.
 


“Poder hablar hoy, es un alivio”
Tras el fallo de la Justicia juninense, la víctima se expresó en las redes sociales:
“Después de tanto dolor, incertidumbre, dudas, oscuridad, bronca, mentira, ocultamiento, culpa, miedo, y tantos años, se hizo justicia por nosotras. Poder hablar hoy después de tantos años es un alivio; poder contarlo es una descarga, un avance y una forma de sanar.
Sin entrar en detalles, tuvimos la mala suerte de tener un ‘padre’ enfermo, un perverso que se merece estar donde está, que se merece morir solo en una celda y sufrir, aunque solo sean 12 años; que sufra esos años, que sufra aunque sea un cuarto de lo que sufrimos nosotras, que se pudra.
Y cuento esto con lágrimas en los ojos, con un nudo en la panza, con el corazón roto, con miedo y dudas aún; con algo de culpa y lástima también (lamentablemente), cosa que supongo cambiará con el tiempo y con tratamiento, y también con el apoyo y la compañía de todas las personas que nos acompañaron desde el primer día.
Yo particularmente agradezco toda la vida a la parte linda y rescatable de mi familia que nunca dudó de nosotras, que nos abrió sus brazos y nos apoyó siempre, aún sabiendo que eso significaba enfrentarse a la parte podrida de la familia que defiende a un violador solo por ser familia.
A mis amigos que son mi familia del corazón, que nunca me soltaron la mano, que se bancan mi mierda y me ayudan a sacarla y a salir adelante; que me aman y me aceptan como soy. A mi pareja que desde el primer día se banca lo peor de mí y sufre tanto como yo todas las consecuencias, que me ama y trata de levantarme todos los días y hacerme sonreír, y a su familia que hoy también es mi familia.
A mí psicóloga que sin ella no podría haber tomado la decisión de denunciar, que me hizo entender que si no denunciaba, a otra criatura le iba a pasar lo mismo, que me acompañó hasta el final. 
A las dos fiscales, la abogada, y a los tres jueces que evidentemente no dudaron de nuestras palabras, que nos escucharon, nos creyeron, nos entendieron y nos dieron justicia. Gracias a todos los que fueron parte de este proceso, gracias a todos los que forman parte de mí vida aún sabiendo las negativas”.

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