En la noche de ayer, cerca de las 20.30, un solitario delincuente ingresó a un almacén del barrio El Molino donde, tras amedrentar al trabajador a punta de pistola, logró llevarse la recaudación del día.
El comercio, que se encuentra ubicado en la intersección de calles Chile y Uruguay, fue escenario de un hecho particular: mientras el hombre lo apuntaba con el revólver, además de solicitarle el dinero, le pedía disculpas al encargado que estaba detrás del mostrador.
Según explicaron a Democracia vecinos de la zona, el ladrón admitía que debía salir a robar para poder alimentar a su familia e hijos, por lo que en varias ocasiones continuó pidiendo perdón. “Que Dios los bendiga”, habría dicho, mientras emprendía la huida con 2 mil pesos.
Efectivos de Policía Científica trabajaron en el lugar del hecho recabando pruebas y pistas que permitan dar con el sujeto, que al cierre de esta edición era intensamente buscado.
Por otra parte, una ambulancia de Intermed debió asistir a la víctima que presentó una crisis nerviosa.
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