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El mensaje para los delincuentes.
INSEGURIDAD URBANAINSEGURIDAD EN EL BARRIO CERRITO COLORADO DE JUNÍN

Con máscaras de Scream robaron por tercera vez en la quinta de una médica

Ocurrió en la madrugada de ayer. La policía acudió rápidamente al lugar y hubo un tiroteo con uno de los delincuentes. “Desde la ciudad vi que una de las cámaras estaba apuntando para cualquier lado y luego sonó la alarma. Pude ver un auto sospechoso”, dijo Daniela Esturo.

Cansada, indignada y en alerta. Es la tercera vez que le entran a robar en su casa quinta del Cerrito Colorado. “Ya me afanaste todo, no hay más nada. No me rompas la puerta al pedo”, escribió la víctima Daniela Esturo en la entrada a su vivienda, un mensaje dirigido a los delincuentes, que ayer volvieron a atacar en su domicilio.
En la madrugada, pasada la medianoche, entre tres y cuatro hombres, tras violentar una puerta de acceso, ingresaron a robar en la vivienda de la médica nutricionista de Junín. Se trata del tercer ilícito que sufre en un mes y medio.
Los malvivientes, en esta ocasión, ingresaron con máscaras del personaje de la película Scream, para no ser identificados por las cámaras de seguridad de la finca ubicada en el barrio Cerrito Colorado, sector en el cual los vecinos vienen reclamando mayores medidas de seguridad ante una seguidilla de escruches, hurtos y robos.
Tras el disparo de la alarma, la víctima, que no estaba en el domicilio, regresó a su vivienda y al llegar constató que le habían entrado a robar, observando todo revuelto.

“Desde la ciudad, mediante el sistema de seguridad, vi que una de las cámaras estaba apuntando para cualquier lado, ya que la movieron. Luego me llegó el mensaje, que se había disparado la alarma”, relató Esturo a Democracia.
Una vez que alertó a la policía (que tiene una guardia permanente montada en el barrio), los uniformados acudieron rápidamente al lugar y comenzaron la persecución a los malvivientes por el medio del monte, cruzando algunos disparos con uno de ellos.
“En ese momento salí para mi casa, llamé a la patrulla que encontró a un malhechor todavía adentro de la vivienda, lo sacó a los tiros y se dio a la fuga. No era el único porque tengo las cámaras que me mostraban más, entre tres y cuatro, además de un auto sospechoso estacionado en la puerta”, agregó la víctima. 
“Fueron a la pieza de mi hija donde habían revuelto la vez pasada, y se fueron. Encontré algunos relojes tirados que se les cayeron”, indicó.
Por estas horas se realizan allanamientos en la urgencia y avanza la investigación para tratar de identificar a los ladrones. “No sé qué pasa realmente acá y es muy sospechoso todo esto. Ya que con cámaras, alarmas y la policía patrullando en el barrio, no sé por qué sigue pasando. Los investigadores todavía no tienen novedades y no creo que se sepa”, subrayó.

El primer hecho
Cabe recordar que el martes 11 de diciembre de 2018 le habían robado una camioneta Volkswagen Amarok (que luego fue hallada por la policía), dinero y electrodomésticos.
En esa noche, un audio al grupo de WhatsApp de los vecinos, alertó que una persona había intentado ingresar a su casa quinta, ubicada en calles Las Chicharras, cerca del Hotel Apolo.
“De casualidad no entró un tipo a robarnos. Estábamos entrando a los perros que estaban ladrando y en cuanto alcanzamos a cerrar la puerta con la traba, nos quisieron tirarla abajo y se escuchaba que un hombre nos gritaba: ‘Abrí la puerta HDP’”, relató Andrés en el mensaje de voz. 
Y continuó: “Con mis viejos nos tiramos al piso, apagamos las luces y llamamos a la policía. Por un segundo que mi papá puso la traba, sin saber que había alguien afuera, no pasó una tragedia. Estén atentos porque al menos es un tipo”.
“Cuando él mandó eso, yo le contesté y le pregunté si estaba bien y ya se encontraba el patrullero. Inmediatamente cerré todo y prendí todas las luces de afuera. Después varios dijeron que llamaron al 911”, había explicado Esturo, quien al día siguiente descubrió el faltante de su rodado Amarok, una cartera con dinero, electrodomésticos y herramientas que tenía en el garaje de su vivienda ubicada en calle Las Gallaretas.
“Llegó la chica que viene a limpiar, que entró por la cocina, me preparé y salí a trabajar. En ese momento me di cuenta de que no estaba el vehículo. Además me abrieron la ventana del living, cortaron el alambre perimetral y quisieron ingresar a mi vivienda”, afirmó.
Unos días más tarde, el personal del Comando Patrullas encontró la pickup  en calle Posadas y el canal del Salado con algunos faltantes, como la cartera que tenía documentos, tarjetas y dinero en efectivo y una campera, que yacían en el interior del habitáculo. 
Los delincuentes habían dejado el título de propiedad, y el vehículo no tenía abolladuras ni roturas.

“Llamé dos veces a la policía y me robaron igual”
En la madrugada del 14 de enero ocurrió el segundo ilícito. “Tenía que llevar a mi hija a la estación de colectivos. Antes de irme escuché que los perros ladraban y llamé al 911. Cuando regresé encontré la puerta abierta del frente de mi casa y ahí me di cuenta de que algo había pasado”, relató la médica.
“Llamé a la patrulla nuevamente y entraron a mi casa para ver qué había pasado. Me habían hecho un desastre en media hora. Llamando dos veces a la policía, igualmente me entraron a robar”, remató.

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